Un virus, el coronavirus, que nos niega lo más grande que Dios nos ha dado, que es, precisamente, la libertad de darnos a los otros, de lo que Dios mismo sabe mucho, pues Él, que es la libertad plena, se nos da por entero.
Al crearnos libres nos ha dicho: ve donde te dé la gana, cuando te dé la gana, con quien te dé la gana. Eso sí, reconoce que Yo soy Dios y cumple los mandamientos.
Nos encontramos ante una situación muy aprovechable, pues es un importante reto para todas las personas y todas las sociedades en las que vivimos. Se trata ni más ni menos de la reafirmación de nuestra necesidad de los demás y, por tanto, de nuestra libertad, que, al reconocer también la libertad del otro, nos hace desear y proteger, también, los derechos y libertades de los demás.