Durante el pasado mes nos hemos lamentado por el suicido de Verónica, una madre de familia de la que se había difundido un video con contenido sexual.
Se ha denunciado, con razón, que ha sido un abuso de intimidad que ha acabado en tragedia. Pero mientras se hacían esas denuncias, muchos españoles se han dedicado a buscar el video en las páginas de pornografía. Es un morbo incalificable.
España es uno de los países de mayor consumo de pornografía del mundo. Y eso tiene consecuencias en los niños que suelen empezar a ver pornografía a los nueve años.