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La sinécdoque, el Sínodo y Troya

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La sinécdoque es una figura literaria que designa el todo por la parte o la parte por el todo. Me lo  ha recordado al observar el tratamiento periodístico –tergiversado, poco profesional o directamente interesado- que muchos medios de comunicación han dado al informar sobre las conclusiones del Sínodo. Sirva como ejemplo mencionar uno de los titulares de La Vanguardia: “La diócesis de Barcelona apuesta por el sacerdocio de la mujer y el celibato no obligatorio para reformar la Iglesia”; o el leído en la revista Vida Nueva: “La consulta sinodal española, sin tabúes: menos clericalismo, misas vivas, acogida a divorciados y homosexuales, celibato opcional, sacerdocio femenino”.

La impresión de la opinión pública, poco interesada en temas religiosos, pero que leía estos titulares (y difícilmente seguía leyendo su contenido desarrollado) era sin duda la de quedarse con una imagen de la iglesia española en profunda crisis y escorada a propuestas “progresistas” reclamadas por la base.

Crisis la hay, sin duda, pero no es de recibo inflar la noticia del disenso como si fuera la conclusión de la mayoría de los intervinientes y reclamo de todas las diócesis

Crisis la hay, sin duda, pero no es de recibo inflar la noticia del disenso como si fuera la conclusión de la mayoría de los intervinientes y reclamo de todas las diócesis. De hecho, de forma ponderada lo recogía el documento final al hacer referencia a “cuestiones suscitadas en algunas diócesis y, en ellas, por un número reducido de grupos o personas”. Pero la semilla de la discordia o del choque doctrinal estaba ya sembrado por muchos medios de comunicación que pretendían mostrar un panorama doctrinal en la línea de lo que, tristemente, está ocurriendo en la iglesia alemana.

Lejos de mí juzgar personas o intenciones –que a buen seguro participaban con la mejor voluntad- pero sí puedo intuir que la metodología empleada en todo este proceso sinodal tal vez ha pecado de cierta ingenuidad en quienes han organizado su desarrollo. En algunos grupos parecía que con la excusa del “camino sinodal” todo valía…

Hay una cuestión de fondo que desearía mencionar como señal de advertencia pues se observan elementos de una cierta protestantización en nuestra Iglesia Católica. Lo que está ocurriendo en Alemania y otras naciones del centro europeo es una señal obvia y manifiesta de lo que estoy señalando y tal vez por ósmosis e influencia no es extraño percibirlo ya en nuestro ámbito nacional.

La concepción eclesiológica del luteranismo –y de las demás iglesias surgidas de la Reforma- afirma que hay verdadera Iglesia donde es predicada la Palabra. Como verdadera Palabra de Dios, sólo es cognoscible por la fe. La comunidad de creyentes fundada por ella es la Iglesia verdadera. En esta comunidad visible no existe jerarquía alguna.

Ahora todo se puede cambiar y justificar por la pura espontaneidad y participación asamblearia

Lo asambleario está de moda. Es propio del ámbito de la política donde las decisiones surgen y se admiten por mera mayoría de votos. Tema opinable y respetable. Pero es que esta mentalidad e influencia ha pasado también la frontera al ámbito eclesiológico, al menos en parte. Lo importante no es conocer, asentir y ser fiel al contenido de la verdad revelada interpretada y anunciada por el Magisterio de la Iglesia. No. Ahora todo se puede cambiar y justificar por la pura espontaneidad y participación asamblearia.

Seguro que estoy equivocado, pero confieso que en algunos momentos esta consulta sinodal me ha recordado el Caballo de Troya, la estratagema utilizada  por los aqueos para entrar a hurtadillas y nocturnidad en la ciudad y conquistar y aniquilar, desde dentro, a los pobres, ingenuos y dormidos troyanos. El resultado final –como nos narra Homero en la Odisea y Virgilio en la Eneida– ya lo conocemos.

Puedo intuir que la metodología empleada en todo este proceso sinodal tal vez ha pecado de cierta ingenuidad en quienes han organizado su desarrollo Clic para tuitear

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1 Comentario. Dejar nuevo

  • 20 siglos en que la Iglesia decía a sus seguidores lo que ellos tenían que hacer. En este siglo, los seguidores dicen a la Iglesia lo que ella tiene que hacer.
    La Iglesia había sido madre y maestra. Madre que conducía a los fieles y maestra que les enseñaba ¿Ahora es hija obediente a los fieles y alumna que aprende de ellos?

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