El sector del taxi debería aprovechar la crisis para mejorar el servicio que presta. El mundo digital ha transformado por completo la sociedad y no se puede seguir funcionando en régimen de semimonopolio, tratando de poner puertas al campo. Tampoco es justo ni razonable que los vehículos VTC compitan con ventajas sobre las tasas, las licencias y las normas laborales. Las Administraciones, que hasta ahora se han mostrado incapaces para mediar en el conflicto, deben buscar un punto justo de equilibrio entre las partes, que proteja sobre todo a los usuarios, que son los que al final terminan por convertirse en rehenes de la situación creada.