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Mindfulness budista y razón cristiana

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Los cursos, libros y maestros sobre Mindfulness abarcan ya a día de hoy proporciones oceánicas. Google arroja un resultado de 160 millones de páginas hablando sobre el tema. Parece que se trata de una técnica que triunfa en el mundo de los ejecutivos y hombres de negocios. Últimamente el mundo de la educación se ha apuntado a la moda y algunos colegios ya lo están implantando como parte de su programación. En una Universidad pública cualquiera de provincias (pongamos Castellón) se ofrece hasta un Curso de experto en Mindfulness como formación de posgrado. Ante tal proliferación se impone una aclaración del término, una indagación en sus orígenes budistas y una contrastación a la luz de la razón y la fe cristianas.

El problema del Mindfulness empieza al no tener clara su propia definición, y de ahí la sospecha de que la conservación del nombre en inglés esconda una vacuidad sustantiva. Aunque la traducción es sencilla (conciencia plena), cuando se intenta concretar de qué se trata exactamente cada autor da su opinión. En un esfuerzo de síntesis podríamos aventurar que el Mindfulness consiste en la plena conciencia del momento presente, aquí y ahora, contemplando la realidad fenoménica sin juzgarla y aceptándola tal cual es. No se trata de dejar la mente en blanco, como superficialmente se piensa, sino atender con plena conciencia al momento presente empezando por ser conscientes de la propia respiración. Mientras se inspira y expira, se va atendiendo a una parte del propio cuerpo (un dedo, el esófago, etc.), luego se va atendiendo a las sensaciones (bienestar, alegría, tristeza, etc.), y se puede acabar centrándose en las percepciones de la realidad circundante (un sonido, un color, etc.). Todo esto hay que hacerlo sin pensar en ello, sin elucubrar o emitir juicios: sólo atender y aceptar.

El término tal como se emplea hoy en cursos y libros de autoayuda lo difundió Jon Kabat-Zinn, profesor de medicina de la Universidad de Massachusets, que ideó un Programa de Reducción de Estrés Basado en el Mindfulness (en inglés MBSR). A partir de este exitoso programa han ido surgiendo en Norteamérica primero y en otros países después otros seguidores que difunden sus enseñanzas por el mundo. En España, por ejemplo, dos autores de reconocido prestigio en el tema son Vicente Simón, médico psiquiatra de Valencia, y Andrés Martín, biólogo que reorientó su vocación hacia estos temas. El Mindfulness viene supuestamente avalado por la investigación científica: cuando se medita el cerebro cambia de estructura como evidencian las técnicas de neuroimagen, se reduce el estrés y los resultados académicos mejoran. Aunque algunos análisis de metadatos muestran la poca consistencia de estos estudios (M. Goyal, 2016) así como los efectos adversos que estas prácticas pueden tener sobre algunas personas: alucinaciones, cuadros depresivos, etc. (Cebolla, 2017).

Muchos entusiastas del Mindfulness se empeñan en afirmar que éste nada tiene que ver con el budismo. Pero la cosa no está tan clara

Muchos entusiastas del Mindfulness se empeñan en afirmar que éste nada tiene que ver con el budismo. Pero la cosa no está tan clara. Aunque el fundador de esta disciplina, Kabat-Zinn, no se declare budista él mismo reconoce que empezó en esto desde que siguiera unos cursos de meditación budista. De los autores españoles arriba reseñados uno se declara abiertamente budista (Martín Asuero, 2016, p. 217) y el otro acaba su curso invitando a formar parte de una shanga (comunidad) budista (Simón, 2011, p. 194). Pero es que el término Mindfulness fue inventado para traducir la palabra en pali Sati, el séptimo elemento del noble óctuple sendero predicado por Buda y el primer paso de los siete peldaños del Nirvana. Las técnicas de atender, con cada respiración, al cuerpo o a los estados de conciencia son técnicas que aparecen tal cual descritas en algunos escritos del Canon Pali (Tripitaka) como el Anapanasati Sutta o el Satipatthana Sutta (pueden consultarse las traducciones de estos textos por A. Baron aquí .

el Mindfulness copia explícitamente técnicas budistas que tienen como objetivo la eliminación del sufrimiento, intentando depurar estas técnicas de los conceptos ideológicos más profundos del budismo

El Mindfulness se presenta como una técnica para superar el sufrimiento (Duhkha) de la vida, sea en forma de estrés o en cualquier otra forma, y en esto coincide con el impulso original de la predicación de Buda en tanto que soteriología negativa. Decía el Buda histórico que ante un hombre herido por una flecha él no se detenía en cuestiones como quién disparó la flecha, o si había sido herido justa o injustamente, sino que únicamente aspiraba a extraer la flecha para eliminar el sufrimiento. También el concepto de compasión (Karuna) en el sentido discutible de aceptación de la realidad aparece transvasado del budismo al Mindfulness. Aunque por otro lado también es cierto que el Mindfulness no llega hasta el extremo en la asimilación de otros conceptos budistas, necesarios para suprimir definitivamente el sufrimiento:  la impermanencia o ausencia de sustancialidad de la realidad (Anitya), la ausencia del alma o sujeto (Anatman), la vacuidad de todo lo que existe (Shuniata), el surgimiento condicionado de todas las cosas (Pratityasamutpada) o la más conocida ley del Karma (Arnau, 2017; Byung-Chul Han, 2015). Así que el Mindfulness copia explícitamente técnicas budistas que tienen como objetivo la eliminación del sufrimiento, intentando depurar estas técnicas de los conceptos ideológicos más profundos del budismo.

Lo cierto es que no hace falta convertirse en practicante de Mindfulness para vivir la vida de modo más consciente.

La filosofía ha predicado desde hace más de 2500 años la superioridad del que vive despierto frente al que vive dormido en la inconsciencia. Sentencias tales como Age quod agis (haz lo que estás haciendo) o Carpe diem (vive el día) pueden ser entendidas como una invitación a vivir el momento y apurar el presente. Más en concreto, la fenomenología como escuela filosófica enseña en occidente desde hace ya más de cien años a ponerlo todo entre paréntesis con el único objetivo de describir la esencia de lo que está ante nuestros ojos. Y sin embargo desde la razón filosófica son difícilmente asumibles conceptos últimos hacia los que apunta el Mindfulness.

¿Cómo va a ser el objetivo de la vida la contemplación de la realidad fenoménica y no más bien la acción directa sobre ella? ¿Cómo no voy a juzgar la realidad que se me pone por delante cuando se trata de una realidad injusta que clama al cielo? ¿Cómo contentarme con sentir benevolencia hacia el prójimo cuando el amor auténtico no es sentimiento sino entrega? ¿Cómo confundir el amor con la autocompasión?

Además de esto, desde la sociología crítica alguien podría apuntar, no sin ausencia total de razón, que el Mindfulness se trata de una transformación de lo espiritual que, aliada nuevamente con el capitalismo, se dedica a engrasar las piezas humanas de la maquinaria social para que rindan y el estrés no les haga bajar la producción.

El Mindfulness tampoco resiste la comparación con el cristianismo.

En tanto que espiritualidad despotenciada predica la atención al aquí y ahora, mientras que el cristianismo predica una vida tendida entre la memoria de lo que Dios ha hecho por nosotros y la esperanza del futuro escatológico que nos aguarda. Si el Mindfulness repite que hay que autocompadecerse, el cristianismo predica que hay que desvivirse por Dios y por el prójimo. En el cristianismo, además, existe para la caridad un motivo de fondo: ya hemos sido amados primero; pero sin el recuerdo de este amor que nos precede ¿por qué tengo que entregarme al otro? La soteriología cristiana es positiva (Dios nos hace felices) no negativa como en el Mindfulness (la atención consciente nos libera del sufrimiento).

Algunos se preguntan si el Mindfulness es peligroso (Brinkmann 2017) para la fe cristiana. No lo parece: Es más bien una soberana pérdida de tiempo. El rezo del Rosario también reduce el estrés y hasta podrá rastrearse su influencia sobre el cerebro con un buen escaneado de neuroimagen.

Bibliografía:

  • Arnau J. (2017) Budismo esencial. Madrid: Alianza.
  • Brinkmann, S. (2017) A Catholic Guide to Mindfulness. CreateSpace Independent Publishing Platform.
  • Byung-Chul Han (2015) Filosofía del budismo zen. Barcelona: Herder.
  • Cebolla A., et al. (2017). ‘Unwanted effects: Is there a negative side of meditation? A multicentre survey’ en PLoS ONE 12(9).
  • Goyal M. et al. (2014) ‘Meditation Programs for Psychological Stress and Well-being: A Systematic Review and Meta-analysis’ en JAMA Internal Medicine, Enero, 6.
  • Martín A. (2016) Con rumbo propio. Disfruta de la vida sin estrés. Barcelona: Plataforma.
  • Simón V. (2011) Aprende a practicar Mindfulness. Barcelona: Sello editorial.
En un esfuerzo de síntesis podríamos aventurar que el Mindfulness consiste en la plena conciencia del momento presente, aquí y ahora, contemplando la realidad fenoménica sin juzgarla y aceptándola tal cual es Clic para tuitear

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