En un evento sin precedentes, el Papa Francisco marcó una fuerte huella de armonía y libertad religiosa durante su visita a Mongolia, y en un sorpresivo mensaje, extendió un saludo de amistad y unidad hacia el pueblo chino.
Durante su 43º Viaje Apostólico, el Santo Padre presidió un encuentro ecuménico e interreligioso en el Teatro Hun de Ulán Bator este domingo 3 de septiembre. El teatro, construido al estilo de una ‘yurta’, la vivienda tradicional de los nómadas de Asia Central, simbolizó el respeto y la unión de diversas tradiciones y creencias religiosas. Francisco instó a las religiones del mundo a ser los embajadores de armonía, que el mundo técnico y secular a menudo olvida, y celebró la contribución mongola a este mensaje universal de paz y entendimiento, tal y como informa Vatican News.
Un acercamiento sorpresa a China
En un gesto sorpresivo al final de la Misa en el Steppe Arena de Ulán Bator, el Papa se dirigió al pueblo chino a través de los obispos de Hong Kong, tanto emérito como actual. «Quisiera aprovechar su presencia para enviar un cordial saludo al noble pueblo chino. A todo el pueblo le deseo lo mejor, y que siga adelante, siempre progresando,» dijo el Papa Francisco, sosteniendo las manos de los cardenales John Tong Hon y Stephen Chow. Este mensaje llega en un momento crucial, dado que unos doscientos peregrinos chinos viajaron a Mongolia para asistir a la misa.
Francisco puso especial énfasis en la armonía como un valor intrínseco de las tradiciones religiosas. Señaló que en un mundo plagado de conflictos, la necesidad de armonía y entendimiento mutuo es más crucial que nunca. «Me pregunto: ¿quién, con más razón que los creyentes, está llamado a trabajar por la armonía de todos?», instó el Papa.
El Papel de la Iglesia Católica
El Papa confirmó que la Iglesia Católica camina en la vía del diálogo interreligioso, respetando la conciencia de los demás y buscando el bienestar común de todos. Este enfoque es particularmente significativo dado el clima de tensión y división en muchas partes del mundo.
Con la atención del mundo en su viaje a Mongolia, el Papa Francisco no sólo reafirmó la importancia del diálogo interreligioso sino que también abrió un canal de comunicación con China, un país con el que el Vaticano no tiene relaciones diplomáticas formales. Este gesto puede verse como un paso importante en el acercamiento entre la Iglesia Católica y China, y subraya la visión del Papa de un mundo más unido y armonioso.
«En un mundo lastimado por luchas y discordias, eso podría parecer utópico; sin embargo, los proyectos más grandes comienzan en lo escondido, con dimensiones casi imperceptibles,» concluyó el Papa, dejando un mensaje de esperanza y unidad para el mundo.
Con el creciente interés en la diplomacia religiosa y las relaciones internacionales, la visita del Papa Francisco a Mongolia y su gesto hacia China son signos significativos de una iglesia comprometida con la construcción de puentes y la promoción de la armonía global.
