Como recordaba el Papa Francisco en su Encíclica Fratelli tutti y en el “Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”, Dios «ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos» esto sería suficiente para recordarnos el derecho de todas las personas a un empleo digno, pues con esta frase, invita a comenzar por el reconocimiento de la dignidad intrínseca de todo hombre.
El pasado 27 de marzo dedicamos una sesión del “Observatorio de Género y Economía” del CEMAD Colegio de Economistas de Madrid para reflexionar sobre empleo, mujer y discapacidad.
La Doctrina Social de la Iglesia enfatiza la importancia del trabajo digno como una dimensión fundamental de la realización y dignidad de la persona humana. La Iglesia sostiene que el trabajo no debe ser visto simplemente como una mercancía, sino como un medio para el desarrollo integral del individuo. Contar con un Salario justo y unas condiciones laborales adecuadas (n. 302, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia).
En estos aspectos no podemos estar más de acuerdo, pero ¿qué ocurre cuando una persona tiene una discapacidad, física o mental?, ¿por qué parece que entonces estos principios fundamentales, no del trabajo, sino de la dignidad de la persona se difuminan? Nos recuerda la Iglesia que la discapacidad no disminuye la dignidad de la persona, siendo responsabilidad de la familia y la sociedad facilitar la integración de las personas con discapacidad.
Iniciativas como La Casa de Carlota o la Fundación Visual Teaf nos permiten ver la discapacidad con otra mirada, entendiendo que existen distintas capacidades, que cada persona es única como lo son sus cualidades, lo importante es tener voluntad de conocer para poder comprender e incluir.
La Casa de Carlota es el primer estudio de diseño del mundo que incluye en su equipo casi un 50% de creativos con discapacidad intelectual, presentan un modelo de negocio diferente, tremendamente innovador gracias a su apuesta por el talento diverso, poniendo en valor una creatividad revolucionaria. Creando espacios de trabajo no solo dignos e inclusivos, también, felices.
Por su parte, Fundación Visual Teaf entrenan a las personas con Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal para el empleo, en empresas ordinarias. Pero también, preparan a las empresas y sus empleados para aprender a conocer y reconocer el talento diverso proporcionando espacios en los que, con sencillas adaptaciones, revisión de procedimientos o simplemente, simplificando pautas e instrucciones, personas, con discapacidad intelectual pueden perfectamente, integrarse en las plantillas de nuestras empresas.
Gracias a la experiencia de Fundación ONCE, pudimos acercarnos a la realidad de las mujeres con discapacidad, donde si el empleo para personas con discapacidad sigue siendo minoritario, cuando hablamos de mujer, discapacidad y empleo, las cifras son aún más preocupantes. Más de 750.000 mujeres con discapacidad en España enfrentan una doble discriminación en el acceso al empleo. Esto se debe a su condición de discapacidad y al hecho de ser mujeres, lo que agrava su situación en el mercado laboral. La tasa de empleo de las mujeres con discapacidad es del 28.3%, comparada con el 69% de las mujeres sin discapacidad.
En este sentido es necesario implementar políticas que promuevan la igualdad de oportunidades eliminando barreras tanto físicas como sociales, que impidan el acceso de las mujeres con discapacidad al mercado laboral, además de promover la formación con programas específicos que faciliten la inserción laboral de las mujeres con discapacidad. Y por supuesto, sin olvidar la implementación de sistemas de apoyo que acompañen a las mujeres en su trayectoria laboral. Cuando hablamos de la incorporación de mujeres con discapacidad debemos contemplar todos los niveles y todos los ámbitos, porque si no, estaríamos de nuevo perdiendo mucho y muy valioso talento.
Propuestas de Acción
Para abordar estos desafíos, es esencial implicar a la sociedad, asumiendo todas nuestras responsabilidades, individuales y colectivas, desde un debate sereno, integrador, donde la opinión de los hombres debe estar muy presente, lejos de discursos de confrontación. Necesitamos escuchar la voz de los jóvenes y de muchos otros colectivos para los que desde todos los ámbitos se plantean políticas o arbitran estrategias de futuro sin tener en consideración su visión.
Es realmente sugerente y esperanzador El Pacto de los Jóvenes con el Papa Francisco en la Economía de Francisco, un compromiso firmado en Asís el 24 de septiembre de 2022. Este pacto convoca a jóvenes economistas, emprendedores y agentes de cambio de todo el mundo para promover una economía más justa y sostenible, concretamente apuestan por «Una economía al servicio de la persona, de la familia y de la vida, respetuosa con cada mujer, hombre, niño, anciano y especialmente con los más frágiles y vulnerables, una economía en la que el cuidado sustituye el descarte y la indiferencia, una economía que no deja a nadie atrás, para construir una sociedad en la que las piedras descartadas por la mentalidad dominante se conviertan en piedras angulares»(Asis, 2022) y añade “una economía que reconozca y tutele el trabajo digno y seguro para todos, especialmente para las mujeres” (Asis, 2022) con este compromiso quiero terminar, ojalá, se transforme en la realidad que tanto necesitamos.
Más de 750.000 mujeres con discapacidad en España enfrentan una doble discriminación en el acceso al empleo Compartir en X