Reproducimos por su interés la noticia publicada en el diario italiano Avvenire a propósito de un caso, trágico, que muestra cómo también, en el delicado caso de los abusos sexuales, es posible la manipulación con propósitos inconfesables:
“He estado tratando con la ‘Ndrangheta durante años, pero esta investigación es humanamente devastadora». Así comentaba sus impresiones el fiscal principal de Reggio Emilia «Ángeles y demonios», la investigación que habría revelado una actividad de custodia ilegal de niños en la provincia de Reggio Emilia. Tremendo el material recogido en meses de investigaciones sobre niños arrebatados a sus padres para «someterlos a un lavado de cerebro» y convencerlos de haber «sufrido abusos en realidad inexistentes«, induciendo falsos recuerdos para acusar a sus padres. Un sistema lucrativo (cientos de miles de euros según los investigadores) implementado durante años por la red de servicios sociales de Val d’Enza Reggiana. Las sesiones psicoterapéuticas fueron conducidas por los empleados de la asociación Hansel & Gretel de Moncalieri (Turín), con su método de «revelación progresiva» o «empática»: ha quedado bajo arresto el fundador Claudio Foti, junto con su actual pareja Nadia Bolognini. El fiscal jefe es claro: «Tenemos hechos, no críticas a una metodología».
Estos son los hechos.
Son 277 las páginas de la ordenanza mediante la cual el juez investigador de Reggio Emilia, Luca Ramponi, ordena 17 medidas cautelares e investiga a 27 personas: las presiones sufridas por los niños, la violencia psicológica con la que fueron conducidos a decir y, poco a poco, a creer lo que tenían que decir, todo con la ayuda de métodos que, si no hubieran sido grabados por los Carabinieri, parecerían increíbles. Algunos ejemplos. Uno de los psicoterapeutas quiere eliminar la figura del padre de la mente del niño: «Tenemos que hacer algo grande, le dice, ¿sabes qué es, el proceso de luto… que papá ya no existe como papá, es como si muriera? Tenemos que darle un funeral ». Queda claro porqué los regalos y las cartas traídas por los padres no fueron entregados nunca a los niños, cada vez más convencidos de haber sido abandonados.
El método de Hansel & Gretel y similares.
Los niños – continúan los investigadores – «incluso a una edad temprana, sufrieron horas de lavado de cerebro, después de haber sido alejados de sus familias a través de engaños». Entre ellos, «relaciones mendaces, diseño de artefactos con connotaciones sexuales» e incluso «terapeutas disfrazados de personajes malvados de los cuentos de hadas representando a los padres que intentan hacerles daño».
La máquina de la «verdad».
Y luego los «falsos recuerdos de abuso sexual engendrados con electrodos de lo que se les decía a los niños que era una máquina de la memoria». No se trata de un electroshock, como apresuradamente titularon algunos periódicos, sino de una máquina estadounidense «Neurotek» cuyo uso no está previsto por el sistema de salud italiano: el niño recibe impulsos electromagnéticos en sus dedos mientras «confiesa». No es un electroshock, por supuesto, pero si se aplicó fue por los efectos que sí tuvo. Es fácil imaginar el miedo de esos pequeños, sobre todo leyendo las preguntas sugerentes que les eran dirigidas durante los impulsos.
El guión de Satanás
Y así, casi como si se repitiera un guión, aparecen las «confesiones» sobre el satanismo. El mecanismo es perverso, siempre el mismo: en 2011 la niña estaba alejada de la unidad familiar solo por problemas económicos. Pero solo a partir de 2017, cuando comenzó la terapia, emergen historias de abusos sexuales en serie, sufridas por ella, su hermano y su hermana por parte de sus padres. Peor aún: “Inmediatamente después de la sesión con el terapeuta, habría comenzado a manifestar los síntomas de una especie de posesión demoníaca, siendo capaz de explicar los múltiples asesinatos cometidos por su padre cuando ella tenía entre 2 y 4 años… La noche de Halloween personas enmascaradas llevaban a 5/6 personas a la vez, inmovilizadas con inyecciones, a su casa, donde su padre las asesinaba y donde luego los niños eran violados”.
Daños en el tiempo
Torturas psicológicas indelebles. El magistrado investigador explica que, “tras haberse convertido en adolescentes, esos niños ahora manifiestan profundos signos de malestar, caen en las drogas y se autolesionan. ¿Estos son los resultados obtenidos por los ‘expertos’? Nada nuevo para aquellos que ya conocen los eventos similares que tuvieron lugar hace veinte años en el área de Módena, seguidos desde el principio por Avvenire. Allí también hubo un extraño ‘boom’ de presunto abuso infantil, tanto que una veintena de niños fueron sacados por la noche de sus casas o por la mañana de sus escuelas y nunca regresaron. Después de las sesiones con los responsables de Hansel y Gretel, los niños empezaron a hablar de misas negras, de sangre de cadáveres bebida a plena luz del día, de docenas de niños apuñalados y clavados a las cruces. Horrores que nunca ocurrieron, pero que los «expertos» creyeron y en base a los que retiraron en muchos casos definitivamente la patria potestad. Incluso los que salieron luego absueltos no han vuelto a ver a sus hijos.
El verdadero drama en televisión.
En un programa de televisión dos de las chicas, hablando de espaldas, se mostraron aún atormentadas por lo que hicieron con ellas psicólogos y trabajadores sociales. Hoy en día, cuando son mujeres de 27/28 años, todavía están convencidas de que han descuartizado a decenas de niños. Y por esto lloran, tiemblan: «Por supuesto que lo hice, lo recuerdo muy bien»… El tribunal ha establecido que nada de esto ha sucedido, pero ahora están marcadas de por vida, todavía creen que son asesinas y se arrepienten de algo que no han hecho.
El odio LGBT por los hombres.
Federica Anghinolfi, directora de servicios sociales de Val d’Enza (ahora bajo arresto domiciliario) es una activista lesbiana. En algunos casos tomó a los niños y los confió a parejas de lesbianas. Una vez incluso a su ex pareja Fadia Bassmaji, también actualmente bajo arresto domiciliario. No solo eso: las dos “padres” lesbianas impusieron una orientación sexual al niño, prohibiendo estrictamente que llevara el cabello, lo que consideraban «atractivo para los hombres». Actitud que el juez investigador define «de orientación ideológica y obsesiva». De los pinchazos se desprende que las dos inculcaron en el pequeño la idea de que el padre había abusado de él y le injuriaban con maldad gratuita.