Íntimamente relacionado con la lucha contra el hambre en Manos Unidas, cuyo 60 aniversario celebrábamos hace un mes, está la promoción de la mujer en los países del sur. No solo porque las mujeres se llevan la peor parte en el reparto de la riqueza, y en muchos países viven situaciones degradantes de sometimiento al varón, sino porque ellas son el agente más eficaz de transformación social. Ayudar a la mujer es invertir en la familia y en el desarrollo de toda la comunidad. Así lo ha experimentado Manos Unidas, que al celebrar su 60 aniversario vuelve a sus raíces para recordar que, por importantes que hayan sido los avances en las últimas décadas, queda mucho por hacer, no ya por la igualdad de la mujer, sino a menudo para que simplemente se respeten sus derechos más básicos.
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