La noticia de primeros de mes, con todas las cautelas que se quieran aducir, del descubrimiento de una terapia que funciona en ratones para curar el cáncer de páncreas, uno de los que tienen peor pronóstico con muy bajas tasas de supervivencia, por parte de un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, liderado por Mariano Barbacid, es un avance indiscutible que abre una puerta a la esperanza.
En cinco años, un tiempo récord para este tipo de terapias, podría aplicarse en humanos y ser una venturosa realidad. Esperemos que así sea.