Como aspectos positivos, a las persecuciones y a severas discriminaciones a las que están sometidos muchos cristianos, destaca el retroceso del Daesh en Irak y Siria, que está permitiendo a los refugiados un regreso más rápido de lo esperado. Otro signo de esperanza es la alianza por la paz con los musulmanes promovida por los obispos de la República Centroafricana, que ha impedido la expansión del yihadismo aprovechando conflictos de tipo económico y político ajenos a la religión. Juan José Aguirre, el obispo español de Bangassou, que hizo de escudo humano para evitar que cientos de musulmanes fueran masacrados, ha sido el rostro de esa Iglesia que trabaja por la concordia y por eso ha recibido el Premio 2018 a la Libertad Religiosa.