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Un asteroide contra la tierra y la caĆ­da de un ladrillo

El reciente 24 de noviembre del 2021 se lanzó la nave DART con la misión de ensayar procedimientos para prevenir un hipotĆ©tico impacto catastrófico de un asteroide contra la Tierra.Ā  Se hace eco de ello un artĆ­culo de Jorge FernĆ”ndez DĆ­az en ā€œLa Razónā€, 24-11-221, titulado ā€œMisión DART: Defensa planetariaā€ y que concluye: ā€œSus informaciones son de gran interĆ©s para la humanidad porque estĆ” en juego su seguridadā€.

EstĆ” claro, que, aunque confiemos en la Providencia divina, si podemos con medios humanos hacer algo prĆ”ctico para evitar una catĆ”strofe, es adecuado, e incluso obligado, llevarlo a cabo, segĆŗn el refrĆ”n ā€œA Dios rogando y con el mazo dandoā€. Si, ademĆ”s de rezar, podemos hallar una vacuna para la presente pandemia, bienvenida sea la vacuna. Y serĆ­a tentar a Dios que nos prevaliĆ©semos de su providencia para negarnos a hacer lo humanamente posible para remediar un mal.

Dicho esto, ¿es el caso respecto a la hipotética caída catastrófica de un asteroide?

SegĆŗn la NASA ā€œningĆŗn asteroide conocido de mĆ”s de 140 metros de tamaƱo tiene una probabilidad significativa de golpear la Tierra durante los próximos 100 aƱosā€ (aunque es cierto que se presume que hay muchos asteroides no conocidos) (ver artĆ­culo sobre este tema de Patricia Biosca (ABC, 21-11-2021)). Y para referirse a una catĆ”strofe planetaria causada por el impacto de un cuerpo celeste nos tendrĆ­amos que remontar a nada menos que a 66 millones de aƱos atrĆ”s, el caĆ­do en Chicxulub (MĆ©xico) y que presuntamente aniquiló a los dinosaurios. Ā (Algunos pueden pensar que como hace tanto tiempo que no ocurre una catĆ”strofe semejante, es mĆ”s fĆ”cil que ocurra ponto. Pero eso es cierto si suponemos que se trata de un fenómeno que se repite, periódico. Pero tambiĆ©n podemos suponer que se trata de un fenómeno que no se repite y podemos interpretar la larga sucesión de aƱos sin que se produzca como confirmación de que no volverĆ” a suceder.)

Parece, pues, que la probabilidad de que suceda una catƔstrofe planetaria astral es mƔs bien remota. Y para hacerlo grƔfico: Es muy posible que para cualquier persona, la probabilidad de que un asteroide le impacte, directa e indirectamente, sea menor de la que tiene de que un ladrillo u otro objeto le golpee desprendiƩndose, desde un edificio, mientras pasea por la calle. Ahora bien, no salimos a pasear pensando en la poco probable amenaza de que algo nos impacte desde la altura mientras deambulamos.

Y para daños imprevisibles sí es bueno abandonarse en manos de Dios, que ha hecho del planeta Tierra un hogar con una atmósfera y temperatura adecuadas para la vida humana, con agua y alimentos y una posición y una órbita entre los astros compatible con la existencia del hombre, desde hace miles de años.

Podríamos preocuparnos, por ejemplo, por el hecho de que un día el sol se apagarÔ. Y podría ser que algún científico iluminado concibiera una solución. Pero haremos bien en no pensar en tal contingencia y vivir confiados en manos de Dios que ha hecho y rige desde el mayor astro hasta la diminuta hierba del camino.

Advirtamos también que gastar inmensas cantidades de dinero en experimentos sobre riesgos poco probables tiene el coste (coste de oportunidad) de dejarlos de invertir para encarar riesgos graves y ciertos, como el de que malvivan por el hambre y la falta de atención sanitaria millones de personas, hoy, aquí, en la Tierra, y que esta preocupación alternativa sí constituiría una defensa medular de nuestro planeta.

Y para catƔstrofes imposibles de prever o solucionar tenemos remedio.

En la Sagrada Escritura (y tambiĆ©n en revelaciones privadas actuales) se nos habla de fenómenos astrales extraordinarios. AsĆ­ en Lucas 21, 25-26 se pone en labios de JesĆŗs: ā€œY habrĆ” seƱales en el sol, en la luna y en las estrellas (…) pues las columnas de los cielos se conmoverĆ”nā€. Pero termina diciendo ā€œcuando veĆ”is todo esto alzad la cabeza pues se acerca vuestra liberaciónā€. Y sobre estos signos celestes: en las apariciones de la Virgen en FĆ”tima (Portugal) el dĆ­a 13 de octubre de 1917 tuvo lugar el conocido como milagro del sol, ante unas 70.000 y que tambiĆ©n fue visto a bastantes kilómetros del lugar: El sol, que se puede mirar fijamente, gira vertiginosamente sobre sĆ­ mismo lanzando colores distintos, y que varĆ­an, para parecer luego desplomarse sobre la multitud que se encomienda sobrecogida y al cabo de unos diez minutos torna a su estado normal. De este fenómeno dieron fe incluso periodistas no creyentes y que fueron observadores directos, como Avelino de Almeida en ā€œO seculoā€, 15 octubre de 1917 (ā€œCómo el sol danzó al mediodĆ­a (en FĆ”tima)ā€). En este caso el milagro astral (sólo Dios puede dar órdenes al sol) servĆ­a como firma divina al mensaje de FĆ”tima que nos llama a la conversión, oración y penitencia.

Sigamos este mensaje y no temeremos catƔstrofes astrales. Hacer la voluntad de Dios es la mejor vacuna para preservar el planeta, su mejor defensa.

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