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Un grupo satánico recibe permiso para realizar una «misa negra» en el Capitolio de Kansas

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El Capitolio del estado de Kansas será el escenario de un evento altamente controversial el próximo 28 de marzo de 2025. La organización satánica independiente conocida como The Satanic Grotto ha recibido la aprobación para llevar a cabo un «Black Mass» (Misa Negra), un ritual que es una blasfemia contra la fe cristiana y que busca dedicar la legislatura de Kansas «a la gloria de Satanás».

Directo al corazón de Estados Unidos

El evento ha generado una ola de indignación y preocupación entre diversas comunidades religiosas. Según lo publicado en la página de Facebook del grupo, The Satanic Grotto ha declarado que

Dios caerá y Kansas será abrazado por la llama negra de Lucifer».

La carta de aprobación, firmada por el Coordinador de Eventos del Capitolio de Kansas, confirma que el ritual se llevará a cabo en el primer piso del edificio gubernamental, específicamente en la rotonda noreste, desde las 10 a. m. hasta las 2 p. m.

Esta decisión ha sido duramente criticada por figuras políticas y religiosas. El senador estatal Stephen Owens calificó el evento como «horrible y terrible», aunque reconoció que la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos protege la libertad de religión y expresión, lo que obliga a permitir su realización.

Owens señaló que otros grupos religiosos han utilizado el Capitolio para reuniones de oración y manifestaciones de fe, por lo que no pueden excluir a este grupo solo porque su mensaje sea polémico o discordante.

Batalla espiritual

El Black Mass es conocido por su carácter profano y blasfemo, ya que ridiculiza el sacrificio eucarístico de la Iglesia Católica.

En algunas ocasiones, estos rituales incluyen la profanación de una Hostia consagrada, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo. En 2019, un grupo satánico admitió públicamente haber destruido una hostia consagrada durante uno de estos rituales, declarando que la habían «tirado a la basura donde pertenece».

Dado que la Hostia debe ser consagrada por un sacerdote católico antes de ser utilizada en la Misa, estos actos implican el robo de la misma de una iglesia. El problema se ve agravado por la práctica generalizada de recibir la comunión en la mano en lugar de en la boca, lo que facilita su sustracción.

La Conferencia de Obispos Católicos de Kansas condenó el evento en un comunicado emitido el 6 de marzo, calificándolo como un acto de «anticatolicismo explícito». Los obispos señalaron que el ritual será una ofensa no solo para los católicos, sino para todas las personas de buena voluntad. Asimismo, hicieron un llamado a la oración y a la conversión de los participantes del evento.

Pedimos que recemos primero por la conversión de quienes participan en este evento, así como por la conversión de cada uno de nosotros durante esta sagrada temporada de Cuaresma”, afirmaron los prelados.

En respuesta a la polémica, la Sociedad Americana para la Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad (TFP), una organización católica, ha iniciado una petición exigiendo a la gobernadora de Kansas, Laura Kelly, que cancele el evento.

También se está organizando una concentración de oración frente al Capitolio como acto de reparación por la blasfemia que se llevará a cabo en su interior.

El vicepresidente de TFP y nativo de Kansas, John Horvat, expresó su indignación por la decisión del estado de permitir el evento.

Esto no es solo una ofensa contra Dios, sino un ataque contra la base moral de nuestro estado y nuestra nación. Insto a todos los estadounidenses temerosos de Dios a que se unan a la protesta pacífica, firmen la petición y ofrezcan oraciones de reparación”, declaró.

El evento programado en el Capitolio de Kansas ha revivido debates sobre la libertad de religión, los derechos de los grupos minoritarios y la moral pública. Algunos defensores de la libertad religiosa argumentan que permitir este tipo de eventos es un reflejo del principio de neutralidad del gobierno ante las creencias religiosas, mientras que los opositores sostienen que se trata de un ataque a los valores fundamentales de la sociedad.

La historia muestra que la blasfemia es uno de los pecados más graves en la tradición cristiana.

A medida que se acerca la fecha del evento, se espera que las protestas y manifestaciones de oración crezcan, reflejando el profundo combate espiritual que este suceso tiene en la comunidad cristiana de Kansas y de todo el país.

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