La institución que mejor representa la posición del Vaticano sobre la vida, la Academia para la Vida del Vaticano, elogió el viernes pasado, 24 de junio, la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de suspender Roe vs. Wade, la sentencia que otorgaba a la prĆ”ctica abortista estatus de constitucional y que, por lo tanto, los estados no podĆan revertir con sus legislaciones locales.
La Academia considera que esta decisión de la Corte desafĆa a todo el mundo a reflexionar sobre los problemas de la vida, pero tambiĆ©n pidió cambios sociales para ayudar a las mujeres a mantener a sus hijos.
En el mismo comunicado, este organismo del Vaticano sostuvo que la defensa de la vida humana no puede limitarse a los derechos individuales porque la vida es un asunto de «amplio significado social».
El viernes, la Corte Suprema de los Estados Unidos dio el paso de anular el histórico fallo Roe vs. Wade de 1973 que reconoció el derecho constitucional de la mujer al aborto y lo legalizó en todo el paĆs.
El Vaticano sostiene que Ā«El hecho de que un paĆs grande con una larga tradición democrĆ”tica haya cambiado su posición sobre este tema tambiĆ©n desafĆa al mundo enteroĀ».
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, católico, condenó el fallo, calificĆ”ndolo de Ā«dĆa tristeĀ» para Estados Unidos y calificando a los jueces conservadores de la corte como Ā«extremistasĀ».
El arzobispo Vincenzo Paglia, que dirige la Pontificia Academia para la Vida, dijo que la decisión del tribunal era una «poderosa invitación a reflexionar» sobre el tema en un momento en que la sociedad occidental «estÔ perdiendo la pasión por la vida».
«Al elegir la vida, nuestra responsabilidad por el futuro de la humanidad estÔ en juego», dijo Paglia.
La iglesia católica romana enseña que el aborto es un asesinato porque la vida comienza en el momento de la concepción y termina con la muerte natural.
El comunicado de la academia tambiĆ©n pidió cambios en las condiciones sociales para que sea mĆ”s fĆ”cil defender la vida en todas sus etapas:Ā āEsto tambiĆ©n significa asegurar una adecuada educación sexual, garantizar la salud accesible a todos y preparar medidas legislativas para proteger la familia y la maternidad, superando las desigualdades existentesā.
āNecesitamos una asistencia sólida a las madres, a las parejas y al niƱo por nacer que involucre a toda la comunidad, fomentando la posibilidad de que las madres en dificultad continĆŗen con el embarazo y encomienden el niƱo a quienes puedan garantizar su crecimientoā, dijo.