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El Ayuntamiento de Barcelona elimina de su callejero a San Rafael, Santa Ágata, Santa Rosa y Santa Magdalena

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En una ciudad donde cada calle cuenta una historia y cada rincón refleja siglos de herencia, la decisión del Ayuntamiento de Barcelona de eliminar nombres de santos y figuras emblemáticas de sus calles ha generado una ola de controversia. El callejero del Ayuntamiento de Barcelona del socialista Jaume Collboni ha convertido las calles de la ciudad en una batalla cultural que se libra silenciosamente.

La reciente eliminación de nombres como San Rafael, Santa Ágata, Santa Rosa y Santa Magdalena no es solo un cambio de nomenclatura, sino un símbolo de la lucha entre la preservación de las tradiciones y raíces cristianas y el avance de una agenda laicista.

Barcelona, una ciudad con profundas raíces cristianas, se encuentra ahora en el epicentro de un debate sobre la identidad y la memoria histórica.

callejero del Ayuntamiento de Barcelona
En el callejero de Barcelona se libra una batalla cultural silenciosa

Una iniciativa liderada por e-cristians emerge para defender esas tradiciones. Su campaña no solo busca restaurar los nombres históricos, sino también resaltar la importancia de mantener vivas las raíces cristianas de la ciudad.

Reemplazar nombres históricos por figuras ideológicas

El acto de reemplazar nombres históricos por figuras alineadas con ideologías contemporáneas, según argumentan desde e-Cristians, no solo es un desprecio a lo sagrado, sino también un intento de secularizar la historia y la cultura de un país. La sustitución de la antigua calle de San Rafael por una activista de la memoria democrática es un claro ejemplo de esta tendencia, por ejemplo.

Este movimiento, que algunos perciben como un intento de reescribir la historia, ha causado una gran preocupación entre aquellos que ven en estos cambios un desprecio por la historia y un intento de imponer una visión ideológica sobre el legado cultural de la ciudad.

Las calles de Barcelona, con más de 150 años de historia, son testigos de una herencia que muchos ciudadanos desean preservar. Con el callejero del Ayuntamiento de Barcelona se pretende subvertir esa realidad.

Valents lamenta que Colau y el PSC nieguen una calle a Benedicto XVI en Barcelona

La llamada de e-Cristians a escribir al Ayuntamiento de Barcelona, es un reflejo del deseo de muchos ciudadanos de mantener viva la historia y la cultura de una ciudad que ha sido moldeada por su pasado cristiano.

La campaña busca no solo restaurar nombres, sino también preservar la memoria de aquellos que han sido parte integral de la identidad de Barcelona.

En este contexto, la lucha por el callejero de Barcelona se convierte en algo más que una cuestión de nombres: es una batalla por la identidad, la historia y la memoria colectiva de una ciudad que se enorgullece de su pasado y lucha por mantener vivas sus tradiciones en un mundo en constante cambio.

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1 Comentario. Dejar nuevo

  • Me parece muy bien que quieran dedicar una calle a Maria Casas Mira en agradecimiento a su trabajo en pro del barrio del Raval: “presidenta y fundadora de l’Associació de Veïns i Comerciants La Taula del Raval i activista pera la recuperación de la memoria histórica del barrio”.
    Pero, por qué escogen la calle de San Rafael para ponerle su nombre en vez del nombre de este arcángel? Esta calle se llama así des de que se abrió en 1798, nada menos.
    Situada más abajo, y en el mismo barrio, está la calle de Lancaster, abierta en 1797 con este nombre en homenaje a Agustín de Lancaster, que fue Capitán General de Catalunya de 1797 a 1799.
    La pregunta es ineludible: ¿por qué escogen una calle y no la otra para hacer la sustitución? La respuesta es obvia: para eliminar un santo en el nomenclátor de calles de la ciudad. En el barrio del Raval hay muchas calles con nombres de santos y santas de la Iglesia católica. Ahora hay uno menos. Así, poco a poco, y como quien no quiere la cosa, irán eliminando a todos los demás.

    Por cierto, bastante cerca, en el mismo barrio del Raval, se encuentra la calle de Santa Elena. A esta calle no la han cogido con sus laicistas manos para cambiarle el nombre por el de Maria Casas. La razón es de cajón: eliminar un nombre de mujer sería machista. Paciencia, que a esta calle también le llegará su San Martín por lucir el título de Santa. Ahora la prioridad en el borrado de sus nombres de calle la tienen los Santos.

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