El tema de la atención médica para personas transgénero ha sido objeto de un continuo debate en la sociedad, y nuevos casos están arrojando luz sobre los riesgos asociados con los tratamientos y las cirugías de cambio de sexo. Muchas personas trans sufren graves complicaciones, y sus historias están empezando a salir a la luz pública.
El caso de Lois Cardinal: una llamada de atención
Lois Cardinal, una mujer transgénero de Canadá, se ha convertido en un ejemplo preocupante. Cardinal, quien nació hombre y se sometió a una vaginoplastia en 2009, ha sufrido «constante incomodidad y dolor» desde la cirugía. Recientemente, solicitó la asistencia médica para morir (MAiD, por sus siglas en inglés) en Canadá debido a las complicaciones y dolores insufribles que ha enfrentado. Sin embargo, su solicitud fue rechazada por el sistema sanitario canadiense.
En una declaración a través de sus redes sociales, Lois describió su dolor como «tan fuerte» que siente que está viviendo una «violación a los derechos humanos» por no poder acceder a una atención médica adecuada.
Este caso llega en un momento en que Canadá ya está en el centro de controversias en torno a la eutanasia. Desde su legalización en el país, el número de personas que optan por MAiD ha aumentado de 10.064 en el primer año hasta 13.500 en 2022, lo cual ha alarmado a los expertos en ética y salud.
Caso similar en España: Sandra Mercado
En una situación similar, pero en España, Sandra Mercado, otra mujer transexual, se enfrenta a complicaciones médicas y dolor continuo tras una cirugía de cambio de sexo. Mercado empezó con tratamientos hormonales a una edad temprana y se sometió a cirugía.
En una entrevista, Mercado expresó su preocupación por la tendencia creciente de comenzar tratamientos hormonales en menores, diciendo: «Veo todo lo que me pasa y pienso que hay madres que se llevan a sus niños a que les den hormonas cruzadas, es una locura».
La necesidad de un debate racional
Estos casos destacan la necesidad de abordar los riesgos potenciales y las complicaciones asociadas con los tratamientos de cambio de sexo. Es crucial que los profesionales médicos ofrezcan un asesoramiento completo e imparcial, que incluya una discusión franca sobre los riesgos, antes de que las personas tomen decisiones irreversibles, a veces siendo niños.
1 Comentario. Dejar nuevo
La aplicación práctica de ideologías demenciales conduce a barbaridades como estas, que son una violación de los Derechos Fundamentales.
El art. 3.1 de la “Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea” dice:
“Toda persona tiene derecho a su integridad física y psíquica.”
Las mutilaciones y hormonaciones con el ilusorio objeto de cambiar de sexo van contra la integridad física de una persona, que si está obsesionada con transgenerarse lo que necesita es que se la ayude a recuperar su integridad psíquica, no que se la destroce físicamente.
Los médicos que han perpetrado estos desaguisados deberían ser procesados e inhabilitados para ejercer la medicina.