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El cardenal Cañizares y la polémica de las vacunas del COVID-19: la verdad de fondo que plantea

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Este domingo, 14 de junio, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, reflexionó desde una perspectiva bioética sobre el enfoque que se le está dando a la investigación de la vacuna del COVID-19.

Durante la misa del Corpus Christi, el cardenal se hizo eco de una información que afirma que algunas de estas vacunas “se fabrica a base de células de fetos abortados”, según afirmó.

“El demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas y para curaciones. Nos encontramos con la dolorosísima noticia de que una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados”, explicó el cardenal Cañizares.

“Y eso es ir en contra del hombre -prosiguió-, eso es despreciar al hombre mismo, primero se le mata con el aborto y después se le manipula para… qué bueno, mira qué bien… ya tenemos una vacuna. No señor, tenemos una desgracia más, obra del diablo. Eso es lo que quiere el diablo”.

Esta situación ha sido utilizada por numerosos medios de comunicación para criticar al cardenal, sin embargo, lo expresado por Cañizares no nace de la nada, si no que hay elementos contrastados que la demuestran.

De hecho, recientemente ForumLibertas informaba sobre el hecho de que la farmacéutica francesa Sanofi Pasteur descartó seguir usando células de bebés abortados en su medicamento Poliovax, contra la polio. Y es que esta práctica es muy común.

Por ejemplo, ya en 2011 saltó la noticia de que la multinacional Pepsico utilizaba restos de fetos humanos que fueron eliminados mediante abortos para las investigaciones que llevan a cabo con la finalidad de mejorar sus productos. Un año después de la polémica, la empresa de bebidas abandonó aquel programa.

El cardenal Cañizares reza por una vacuna

Posteriormente a la polémica suscitada por parte de la prensa, el arzobispo de Valencia ha señalado que «desde el inicio de la pandemia rezo para que se encuentre una vacuna que ayude a curar, e incluso a prevenir el COVID-19, como así lo he manifestado reiteradamente», según recoge la agencia de noticias AVAN.

En relación al avance las investigaciones para lograr la vacuna contra esta variante del coronavirus, considera que «por la información que vemos publicada, afortunadamente, las investigaciones están avanzando y tendremos vacuna, lo único que añadí es que, según las informaciones publicadas, parece que existen más de cien líneas de investigación, y que entre este centenar, existe alguna que se estaría produciendo con métodos que abrirían dilemas éticos; por tanto, si estas publicaciones son ciertas, siendo que existen más de 130 líneas de investigación, lo deseable es que se lograra esa vacuna y que se produjera sin abrir dilemas éticos por su producción».

vacunas

«Toda la sociedad -prosigue el purpurado- está esperanzada en que se logre una vacuna que permita acabar con la pandemia, encontrar una vacuna es necesario para afrontar un problema de salud pública, que además afecta globalmente a todo el mundo, por ello también confío en que quienes tengan en ello la responsabilidad, actúen con generosidad y la pongan a disposición de todos, también del tercer mundo, que la vacuna llegue a todos y se actué por el bien común».

El Cardenal se expresó así ante las informaciones internacionales publicadas acerca de varias líneas de investigación que plantean problemas bioéticos en la producción y uso de vacunas contra el COVID-19, en las que, según se afirma, se han utilizado para su fabricación células humanas de abortos, como señaló el pasado 12 de junio la revista Science en el artículo ‘Las vacunas que usan células fetales humanas fuertemente criticadas’.

De las 130 líneas que se están desarrollando para obtener vacunas contra el COVID-19, solamente en 6 se han utilizado células fetales humanas, por lo que sí que existen otras alternativas para la producción y uso de dichas vacunas.

Según estas informaciones, las primeras vacunas que estarían disponibles para uso clínico, serían las que precisamente se han desarrollado a partir de líneas celulares obtenidas de abortos provocados, por lo que el uso de estos seis proyectos de vacunas está suscitando una amplia polémica bioética.

La farmacéutica francesa Sanofi Pasteur descartó seguir usando células de bebés abortados en su medicamento Poliovax, contra la polio Clic para tuitear

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