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“Claves para el progreso social”: La Fundación ”la Caixa” expone su modelo transformador para hacer frente a la cronificación de la desigualdad

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Construir una sociedad mejor y más justa que dé oportunidades a quienes más lo necesiten. Con este objetivo, la Fundación ”la Caixa” impulsa el progreso social a través de diversos programas que tienen un poder transformador y un impacto duradero. Todo ello, para que personas en situación de vulnerabilidad puedan desarrollar su potencial, capacidades y talentos.

Mediante una metodología contrastada, ha extendido sus programas a todas las provincias españolas tejiendo redes de la mano de un millar de entidades sociales e instituciones.

Así lo han destacado la directora general adjunta de la Fundación ”la Caixa”, Elisa Durán, y el subdirector general de la Fundación ”la Caixa”, Marc Simón, en el acto «Claves para el progreso social», donde han analizado junto con testimonios y entidades cuáles son los retos más significativos del panorama social actual.

Los datos visibilizan una realidad acuciante:

En España, actualmente 2,4 millones de niños y niñas viven en hogares por debajo del umbral de la pobreza, dato que equivale al 29 % de los menores de 18 años. Además, el 28 % de los jóvenes está en situación de desempleo. Por otro lado, se prevé que en 2050 las personas mayores representen el 36 % de la población española. A día de hoy, casi 3 millones de personas mayores viven en situación de soledad y alrededor de 116.000 personas requieren atención psicosocial al final de la vida.

El presidente del Consejo Económico y Social de España, Antón Costas, ha introducido la jornada, en la que se han ofrecido datos de un estudio inédito elaborado por el Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”: Dinámica de la pobreza multidimensional en España y otros países europeos.

Tras analizar más de20 países europeos entre 2016 y 2020, se aprecia que, a diferencia de otros países europeos, España no experimentó una reducción de la incidencia de la pobreza durante dicho período. El estudio concluye que las personas pobres en España tienen mayor riesgo de enfrentar nuevas carencias (como hacinamiento, bajo sueldo, baja intensidad en el trabajo o mala salud) y menor probabilidad de dejar de sufrir las carencias que ya tienen, en comparación con las personas que no son pobres. Asimismo, la investigación determina que los programas de políticas, bien coordinados, pueden desempeñar un papel fundamental para ayudar a superar la interrelación de las distintas privaciones.

«Impulsamos desde nuestros inicios, hace casi 120 años, una filantropía colaborativa con todos los agentes del territorio para anticiparnos a las necesidades sociales. Conscientes de la responsabilidad que tenemos, trabajamos con eficiencia y el rigor para que esta labor compartida tenga un impacto real y transformador en la vida de las personas», ha destacado la directora general adjunta de la Fundación ”la Caixa”, Elisa Durán.

En esta línea, el subdirector general de la Fundación ”la Caixa”, Marc Simón, ha explicado la metodología con la que trabaja la entidad. «Con el objetivo de poder llevar a cabo una acción social duradera en todas las provincias de España, es importante medir el impacto de las intervenciones. Primero identificamos la necesidad, aplicamos metodologías científicas contrastadas y equipos cualificados. Y, por último, evaluamos el resultado de cada programa para, así, poder llegar al mayor número de personas posible a través de una sólida red de entidades e instituciones del territorio».

Por su parte, Antón Costas ha explicado que «El progreso social compartido es el pegamento que necesita una sociedad para funcionar armoniosamente y dar oportunidades a todos, especialmente a los que más lo necesitan. Este pegamento se ha secado. Necesitamos reconstruirlo. Hay una nueva epifanía en economía: hoy sabemos que el progreso compartido no daña la competitividad sino que, al contrario, es fundamento de una economía más dinámica e innovadora. Un progreso que tiene que estar basado en las buenas empresas y los buenos empleos».

También han participado en el encuentro algunos de los protagonistas del proyecto documental Vidas contadas: 14 historias de superación, que da voz a personas en riesgo de exclusión que comparten sus aprendizajes en positivo tras atravesar distintas situaciones de complejidad. Cada una, la suya. Cada una, desde su particular mirada y vivencia única.

Este proyecto, dirigido a concienciar a la ciudadanía, muestra que es posible desarrollar capacidad y empoderamiento para salir de situaciones de vulnerabilidad mediante las intervenciones en red, junto con entidades e instituciones. Las 14 historias conformarán un calendario (una historia por mes, incluidos diciembre de 2023 y enero de 2025) —realizado por el fotógrafo Xavier Menós, becado del programa de Becas de la Fundación ”la Caixa”—, que llegará a más de un millón de hogares españoles.

De este modo lo han relatado los testimonios en el acto: «Ahora me siento parte de algo después de sentir que no formaba parte de nada. La vida trata de descubrir cuál es tu poder y usarlo para jamás rendirte», ha enfatizado Bárbara Jota, participante del programa CaixaProinfancia que llegó a Galicia dejando atrás su país, Venezuela, y que ha logrado acceder a la universidad. «Navegar a vela te hace olvidar lo que perdiste, lo que te falta, y llegar igualmente a puerto», ha explicado Diego Saavedra, quien participa en la Fundación María José Jove desde que le detectaron esclerosis múltiple.

Rosa Morillas vivió el fallecimiento de su madre, que fue atendida por el programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas, y hoy puede hablar del proceso y decir que el acompañamiento psicológico del programa ha sido clave: «He aprendido a gestionar mis emociones y a mirarle al miedo a la cara. Me siento reconfortada». También Mari Pepa Subires vivió una situación de adversidad cuando fue despedida de su trabajo con 61 años, con pocas perspectivas de volver a encontrar otro. Fue entonces cuando decidió colaborar con el proyecto Mi cachito de huerto, de la Asociación Imagina, y su vida dio un giro: «Gracias al voluntariado pude ayudar a los demás, sentirme útil, y he vuelto a trabajar; esta vez, acompañando a personas con diversidad funcional… Me siento afortunada».

Este proyecto, dirigido a concienciar a la ciudadanía, muestra que es posible desarrollar capacidad y empoderamiento para salir de situaciones de vulnerabilidad mediante las intervenciones en red, junto con entidades e instituciones Clic para tuitear

 

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