En primer lugar debo confesar que cuando nuestro genial viñetista Jucho me propuso esta viñeta, tuve que preguntarle que era eso de la «ventana de overton». Luego, tras su explicación y un vistazo rápido a google, caí en la cuenta de que es algo que se lleva aplicando décadas.
¿Cómo es posible que nuestras sociedades hayan cambiado tanto sus conductas y valores en tan poco tiempo? Sin duda, la respuesta es gracias a la televisión y a los nuevos medios de comunicación y (des) información (internet, etc).
Hace mucho tiempo que nuestra sociedad asumió que si algo sale en televisión, es que debe ser cierto. Por eso las madrugadas se pueblan de miles de artículos inútiles y de baja calidad que solo podrían venderse de esa forma, por no hablar de las decenas de brujos y adivinos que llenan los canales a partir de las 12 de la noche.
La ONU, la masonería y la obsesión por el control poblacional.
La primera Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo tuvo lugar en Roma (Italia), del 31 de agosto al 10 de septiembre de 1954. Ya desde muchos años antes, la masonería se esforzaba por la creación de organismos supranacionales para el control de las naciones, algo de lo que presumen con orgullo.
En 1969, Frederick S. Jaffe, vicepresidente de Planned Parenthood, redactó un escrito en el cual advertía sobre los posibles riesgos derivados de un cada vez mayor crecimiento demográfico, mencionando también las posibles propuestas y medidas para contrarrestar esa expansión poblacional. Curiosamente, varias de las propuestas formuladas al final del memorando guardan una sorprendente similitud con nuestra actual situación social:
Imposiciones Sociales
1) Reestructuración Familiar
a) Posponer o evitar el matrimonio
b) Alterar la visión ideal del número de miembros en la familia
2) Educación infantil obligatoria
3) Promover un aumento de la homosexualidad
4) Educación para limitar el número de miembros familiares
5) Introducción de químicos anticonceptivos en el suministro de agua
6) Alentar a las mujeres a trabajar
Las grandes fundaciones masónicas estadounidenses, como la Ford, Rockefeller, Mellon, Carnegie, etc. han tenido un papel fundamental en el desarrollo de la demografía como disciplina, la planificación familiar como política internacional y el desarrollo de los modernos anticonceptivos.
Por eso resulta de un interés excepcional el siguiente libro, escrito por personas directamente inmersas en ese universo técnico-político y la reseña correspondiente a al fundación Rockefeller:
- Caldwell, J. y Caldwell, P. (1986), Limiting population growth and the Ford Foundation contribution, London, Frances Printer
- Family Planning, en http://rockefeller100.org
Ya en 1968, con el nombramiento de R. MacNamara como presidente del Banco Mundial, se inició una etapa en la que la ayuda financiera internacional al desarrollo pasó a estar condicionada a la implementación de políticas de control de la fecundidad, especialmente en los países más pobres.
A los argumentos sobre las dificultades que el excesivo crecimiento demográfico supone para la capacidad de desarrollo económico, en los años sesenta y setenta se unen los que tienen que ver con el agotamiento de los recursos naturales, especialmente los energéticos.
- ASPO y las reservas energéticas artículo de 2007 en la web crisisenergética.org
Si nuestros lectores han llegado hasta aquí, es el momento de pedir disculpas por tan amplia exposición, pero como siempre suelen acusarnos de falta de rigor o de «conpiranóicos», era necesario evidenciar como la ONU, sus organismos financieros y sus grandes promotores llevan décadas obsesionados con la planificación de la población mundial.
Los medios de comunicación, al servicio de la socialización del mal.
Pero no fue hasta la conferencia del Cairo de 1994 cuando la ONU se atrevió a «asaltar» los medios de comunicación, recomendado a los miembros de la conferencia, en su objetivo 11.23 a
«utilizar más y de forma más eficaz los programas de entretenimiento de los medios de comunicación, como los seriales y las obras dramáticas de radio y televisión, el teatro popular y otros medios tradicionales para alentar al público a discutir temas importantes, que a veces resultan delicados, relacionados con la aplicación del presente Programa de Acción».
Así no es de extrañar que a finales de los 90 empiecen a asaltar nuestras parrillas televisivas lo que hoy conocemos como «tele-basura» pero que, por muy tele-basura que pueda considerarse, genera audiencias (e ingresos) millonarios.
Hoy en día, gracias al «pacto de medios de onu mujeres», acordado en Beijing en 2015 (enternecedor, que en la cuna de los derechos de las mujeres, como es Beijing, se alcancen estos pactos), la ONU se ha quitado la careta y no resulta nada complicado comprender quien está detrás de todo este movimiento, con un claro fin.
La mujer, clave para frenar el crecimiento poblacional.
Y llegamos por fin a la clave para frenar el crecimiento de la población: La mujer. A pocos se les debe escapar el hecho de que, para controlar la población mundial y su crecimiento, debe controlarse a la mujer. De ahí que la ONU haya centrado sus esfuerzos desde la década de los 60 en detener la fábrica de la vida.
¿Pero cómo podría conseguirse que la mujer abandone el que, de manera natural, es su mayor instinto, la maternidad? En realidad es mucho más simple de lo que parece. y, ahora sí, ha llegado el momento de presentarles a nuestro querido Overton y su teoría.
La ventana de Overton es una teoría política que representa un ideario aceptable por el público como una ventana estrecha, afirmando que la viabilidad política de una idea se define principalmente por este hecho antes que por las preferencias individuales de los políticos.
Para aplicar esta ventana al control poblacional y a la manipulación de la mujer, era fundamental «incrustar»· una premisa en el subconsciente colectivo y, sobre todo, en el de la mujer: La maternidad impide el desarrollo y la libertad de la mujer. De nuevo, la serpiente antigua, ronda a Eva, para inocularle una mentira a través de la que desplegar su teoría.
Luego bastan un par de décadas de películas, series, libros y programas dedicados a crear un nuevo estereotipo de mujer «libre», «independiente» y «moderna», como las protagonistas de sexo en nueva york, donde las que aspiran a una vida «normal» junto a sus maridos y familias son unas mojigatas, aderezados con unos movimientos culturales radicalizados, como el feminismo de las últimas décadas, para llegar a la siguiente conclusión:
El aborto forma parte de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer. Abortar no es solo aceptable, sino sensato, pues impide el empoderamiento de la mujer y afecta negativamente al desarrollo sostenible del planeta.
Años de esfuerzo para justificar como algo natural y sensato que, cada año, se asesine a más de 40 millones de personas antes de nacer en todo el mundo y a más de 100.000 en España.
Afortunadamente la ventana de Overton es bidireccional y si nos fijamos bien, tras pasar la etapa de naturalidad y sensatez, llega la de radicalidad. Eso mismo es lo que se ha vivido en nuestro Senado esta semana, donde se ha dado via libre al trámite de la reforma del código penal para perseguir y encarcelar a todo el que se oponga al Aborto como un derecho y «se atreva» a rezar frente a un centro de exterminio (abortorio, insistimos, no son «clínicas»).
Tras la radicalidad llega de nuevo el extremo impensable, por lo que, mientras damos la batalla por la vida y la verdad, no caigamos en el desánimo. Serán seguramente las generaciones futuras las que, a la luz de las revelaciones y avances de la ciencia, la biología y la medicina determinen y juzguen esta etapa de la historia como un genocidio, como ya hicieron con Hitler, Stalin o Mao.
Nosotros, mientras, a lo nuestro. Ora et Labora. Anunciar y Denunciar, en todo tiempo, en todo momento, a tiempo y a destiempo, porque hay muchas ventanas de Overton abiertas actualmente (Ideología de Género, Eutanasia, Pedofilia…). Por ello, iniciativas como la Asamblea Cultural Cristiana, de Forum Libertas, NEOS o medios de comunicación como EL DEBATE, son fundamentales, si queremos dar la batalla allí donde ellos empezaron hace décadas, en el ámbito cultural.
El maligno (pues no olvidemos que nuestra lucha no es contra la carne ni contra la sangre) ha aprovechado que encontró la casa limpia para regresar con una legión, y sabemos que solo la oración tiene el poder para destruirlo.
¡Ánimo, porque la victoria es de nuestro Señor Jesucristo!
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Me parece necesario la difusión de esta reflexión.