Hace unos días La Vanguardia se hacía eco de un presunto notición: Jane Roe, la mujer cuyo caso sirvió para abrir el camino al aborto a Estados Unidos y que luego se arrepintió, en realidad no habría cambiado de opinión, sino que habría sido comprada por «una lluvia de dólares» que los provida le habrían ofrecido.
Pablo Ginés, desde Religión en Libertad, nos explica porqué la información publicada por La Vaguardia es falsa:
«Jane Roe fingió la conversión por dinero», «Pagaron a Jane Roe para denunciar el aborto», «Una lluvia de dólares convirtió a Jane Roe en activista provida«, «Pagaron a Jane Roe para cambiar su posición sobre el aborto», «La conversión provida de Jane Roe fue una estafa»…
Según estos titulares, generados en la prensa mundial a partir del documental AKA Jane Roe, cuando en 1995 la famosa Norma McCorvey dejó de trabajar en una clínica de aborto y se declaró provida (y cristiana evangélica) lo hizo por dinero.
Y, según hemos de seguir creyendo, los otros 22 años que le quedaron de vida, cuando se hizo católica, dedicó toda su vida al activismo provida, dio charlas por todo el mundo, se confesaba, iba a misa y compartía vida y amistad y lucha con muchos amigos provida… fingía o hacía teatro.
Pero ¿cómo demuestra el documental AKA Jane Roe estas afirmaciones?
Su autor, Nick Sweeney, pasó unas pocas horas con Norma McCorvey en 2016, pocos meses antes de su muerte y allí tomó unas declaraciones.
Tres o cuatro frases de una mujer enferma y cansada, fuera de contexto, han bastado para generar titulares escandalosos en periódicos supuestamente serios.
Además, ¿de qué «lluvia de dólares» se trataría?
¿Cuál es la «lluvia de dólares» con la que titula La Vanguardia? Tras su conversión, Jane Roe decidió dedicar toda su vida a revertir el daño que había hecho y a esforzarse en el activismo provida.
Se creó un grupo, Roe No More Ministries, para gestionar sus viajes por todo el mundo, sus charlas, conferencias… Cuando alguien la invitaba a volar a la otra punta del país, o a otro país, ingresaba allí gastos de avión, de alojamiento, etc… En realidad, muchas veces se alojaba en iglesias o casas de activistas provida.
El documental sólo muestra una cifra: que en 20 años Roe No More Ministries recibió 457.000 dólares. Habrá gente que pueda pensar que es mucho, pero en realidad son 1.900 dólares al mes (1.740 euros) e incluye todos los ingresos para mantener un ministerio a tiempo completo y especializado, con actividad por todo el mundo, durante 2 décadas. Además, en este ministerio no estaba sólo Norma, sino otra activista provida más, Connie Gonzalez.
La cifra es ridícula, teniendo en cuenta que en 2017 la directora de la patronal abortista Planned Parenthood cobraba un sueldo de 750.000 dólares al año (es decir, 57.000 euros al mes), y dado que un solo aborto quirúrgico avanzado en EEUU ya puede costar 1.500 dólares.
Hasta la columnista del The New York Times, Michelle Goldberg, muy pro-aborto y autora de un libro sobre «nacionalismo cristiano», admite, después de ver el documental «AKA Jane Roe» que el cambio en 1995 no fue por dinero.
Su teoría: «McCorvey quería respeto y atención, ser honrada y apreciada». Algo que los abortistas no le daban. El amor escasea en la industria del aborto.
Un peón de usar y tirar… admiten los abortistas
La misma Goldberg admite que para el lobby abortista McCorvey era sólo un peón para usar. La mantuvieron escondida todo lo que pudieron. Solo salió a la luz en 1980, ya después de la sentencia Roe vs. Wade. Y en 1994, aún trabajando en una clínica abortista, McCorvey publicó su biografía pro-aborto, I am Roe, donde no deja en buen lugar a las abogadas abortistas. Queda claro, por ejemplo, que las abogadas mintieron al decir que ella había sido violada cuando pedía su aborto. La abogada Sara Weddington admitió en 1995 que «mi conducta pudo no haber sido totalmente ética, pero lo hice por lo que pensé fueron buenas razones».
Goldberg admite el poco aprecio del lobby abortista por la mujer que habían usado. «El movimiento nacional, que yo sepa, nunca la mencionaba», dice a Golberg su amiga Frances Kissling, la antigua presidenta del grupo abortista Catholics for Choice. «Y si la mencionaban, era con cara de exasperación. Los abogados que plantean casos suelen ser gente sucia» (messy), admite Kissling. También en el documental se ve a otra directiva abortista, Charlotte Taft, admitiendo que Norma «no era la chica de póster que habría sido útil al movimiento pro-choice».
Nadie discute que el abortismo usó y luego tiró a Norma McCorvey, una mujer de clase baja y lenguaje barriobajero, con una infancia muy dura, de abusos y violencia, con heridas emocionales importantes, y muy necesitada de amor y sanación.
Concretamente, ¿de qué se acusa a los provida?
Pero ¿y los provida? ¿Usaron a McCorvey como un objeto? ¿La compraron como a una mercancía o una mercenaria?
El documental sólo encuentra a una persona que diga esto y muy confusamente: el predicador metodista liberal Robert Schenk, que antes fue provida pero desde 2010 es proaborto. Y no concreta exactamente qué hicieron los provida con Norma que estuviera mal (porque reunir fondos para pagar sus viajes y sus actividades laborales provida, o las de cualquier otro, no es éticamente reprobable).
El padre Frank Pavone, que fue durante muchos años el confesor, colaborador y amigo de Norma, afirma: «Schenck se refiere, en unas pocas ocasiones [en el documental], a lo malo que era ‘lo que hicimos con Norma’, pero sin definir quién es ese ‘nosotros’ ni qué cosas específicas se hicieron. Sin preguntas ni respuestas concretas, el documental da voz injustamente a afirmaciones de brocha gorda. Y nótese que no son declaraciones de la misma Norma».
Frank Pavone ha escrito una detallada refutación del documental AKA Jane Roe, un documental que está construido sobre tres o cuatro frases de Norma sacadas de contexto, una película que no acude a ninguno de sus amigos de los últimos 20 años, que son los que pueden explicar lo que Norma sentía, deseaba y declaraba, y cómo era su forma de hablar y de expresarse.
Estas son sus 5 claves
– Norma nunca dice que piense que el aborto o «Roe vs. Wade» esté bien
En algunos momentos dice que «es una decisión de la mujer», pero Pavone añade que «ella también creía que algunas decisiones son malas, incluyendo el aborto, como declaró con obras y hechos durante décadas». Además, Pavone denuncia que el documental no explica bien lo que la siguiente sentencia, Roe vs Wade, estableció en EEUU: el aborto sin límites simplemente por razones de «derecho a la privacidad». Pavone recuerda que la misma Norma incluso trabajando en una clínica abortista ya trataba de disuadir a muchas mujeres para que no abortasen.
– Norma nunca dice que su conversión fuera falsa… y Pavone, como su confesor, atestigua que no lo fue
«Los que la conocimos la vimos en su conversión, el duro trabajo de arrepentirse, del duelo por su papel en ayudar a legalizar el aborto y en ayudar a matar bebés en clínicas. El documental se salta toda esta parte de su vida, un proceso en el que yo estuve implicado profundamente día tras día durante 22 años, porque yo le daba consejo en su duelo, sus pesadillas, lo espiritual y en su senda psicológica de sanación».
– las palabras «era teatro» o «una actuación» no se refieren a sus valores
– en el documental Norma dice que «actuaba», pero no se refiere a sus convicciones provida, sino a su forma de estar en público. Ella, que era de clase baja, muy malhablada, impulsiva y espontánea, al participar en mil actos públicos -a menudo en entornos cristianos o de clase educada- tenía que controlarse para hablar con educación y cortesía, evitar palabrotas, usar expresiones muy concretas y afinadas... Pavone, su colega provida Janet Morana y Norma a menudo hacían bromas, antes o después de un encuentro, de que en actos públicos eran como «un casting de estrellas» o que «su actuación había sido muy buena». Norma estaba contenta de hacer bien su trabajo como oradora y testimonio edificante. Pavone añade que la frase «todo era teatro» no son palabras elegidas por Norma en el documental: son palabras de Nick, el productor del documental.
– Norma nunca dice en el documental que le pagaran para convertirse ni que recibiera mucho dinero
– De hecho, Norma siempre tenía poco dinero. Los donativos iban a Roe No More Ministries, no a su cuenta personal. La cuenta de Roe No More Ministries pagaba también a la otra participante de su ministerio, Connie Gonzalez, y los viajes, vuelos, estancias, etc…
– Norma nunca declara que ya no crea en sus declaraciones como activista provida
El ex-provida Rob Schenk declara que los líderes provida «entrenaban» a Norma para hablar en público. Pavone explica que «ella nos lo pidió. No era hábil en absoluto en el discurso ante público ni en afinar los detalles del mensaje provida. Eso no significa, y nunca dijo, que no creyera en las palabras que decía. La ayudábamos con las charlas, pero aprobaba y creía cada palabra».
– Norma nunca declara en el documental haber sido «usada» por el movimiento provida
– De hecho, lo niega vigorosamente «cuando lo pregunta Ted Koppel. Y más adelante comenta que la gente provida, con su trato, ‘me mostraron lo que significa ser un ser humano, me amaron, me nutrieron, me cuidaron’. Y eso es exactamente lo que hicimos, y Norma de daba gracias a Janet, a mí, y al movimiento provida por eso hasta el día mismo de su muerte», señala con firmeza el padre Pavone.
¿Se convirtió Norma sinceramente? Su amigo y confesor dice sí
El padre Pavone acompañó a Norma durante muchos años. Sabe que no es posible fingir una conversión durante años, en circunstancias duras, con acompañamiento espiritual cercano y regular, y menos por unos ingresos más bien escasos.
«Yo la recibí en la Iglesia Católica en 1998, la conduje por un proceso intenso de sanación espiritual y psicológica tras las heridas que sufrió en la industria del aborto, tuvimos miles de conversaciones, pasamos juntos incontables horas en público y privado, por tareas y por placer, con ella y con mi colega y asociada Janet Morana«, afirma el padre Pavone.
«Los sacrificios que Norma hizo en este proceso de sanación no son cosas que puedas fingir. Su vida no puede resumirse en una entrevista o un artículo. Uno tenía que ver todo el itinerario, las subidas y bajadas, para identificar su centro de gravedad. Estaba herida, errática, pero sabía que era una nueva creación en Cristo. Necesitaba ayuda pero era fieramente independiente, tierna de corazón pero capaz de ira feroz y de rebelión. Lo que sé es que la conversión y compromiso, la lucha y gozo de la que fui testigo de primera mano durante 22 años no era un fingimiento. Hay un 0% de posibilidades de eso», concluye.