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División en Suecia mientras los diagnósticos de disforia se disparan en un 1.500%.

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La noticia ha llegado incluso hasta las páginas del diario británico The Guardian, favorable a la ideología de género, pero que se ve obligado a reconocer el problema.

El desencadenante, admite The Guardian, es un informe de la Junta de Salud y Bienestar de Suecia que confirma un aumento del 1.500% entre 2008 y 2018 en los diagnósticos de disforia de género entre los jóvenes de 13 a 17 años nacidos como niñas.

Y añade: «Pero también refleja un rápido cambio en la opinión pública. Hace apenas un año, parecía que quedaban pocos obstáculos oficiales en el camino de los jóvenes que querían un tratamiento de reasignación de género.

En el otoño de 2018, el gobierno dirigido por los socialdemócratas, bajo la presión del grupo de gays, lesbianas y transexuales RFSL, propuso una nueva ley que reduciría la edad mínima para la atención médica de reasignación de sexo de 18 a 15 años, eliminaría toda necesidad de consentimiento de los padres y permitiría a niños de tan sólo 12 años cambiar su sexo legal.

Luego, en marzo del año pasado, comenzó una intensa reacción. Christopher Gillberg, un psiquiatra de la Academia Sahlgrenska de Gotemburgo, escribió un artículo en el periódico Svenska Dagbladet advirtiendo que el tratamiento hormonal y la cirugía en niños era «un gran experimento» que corría el riesgo de convertirse en uno de los peores escándalos médicos del país.

En abril, Uppdrag Granskning, un programa de televisión de investigación, siguió con un documental en el que se presentaba el perfil de un ex hombre trans, Sametti, que lamentaba su tratamiento irreversible.

En octubre, el programa ponía el foco en el equipo del hospital universitario Karolinska de Estocolmo, especializado en el tratamiento de menores con disforia de género. La unidad ha sido criticada por realizar mastectomías dobles en niños de tan sólo 14 años, y se la ha acusado de apresurarse a aplicar el tratamiento y de no considerar adecuadamente si los demás problemas psiquiátricos o de desarrollo de los pacientes podrían explicar mejor su descontento con su cuerpo».

Más reacciones: «Al mismo tiempo, la revista Filter hizo un perfil del caso de Jennifer Ring, una mujer trans de 32 años de edad que se ahorcó cuatro años después de su cirugía. Se citó a un experto en psicosis al que su padre, Avi Ring, le mostró su diario médico, diciendo que había mostrado claros signos de psicosis en el momento en que buscó por primera vez un tratamiento para la disforia de género.

De hecho, la primera clínica a la que se dirigió se negó a tratarla, citando signos de síntomas esquizotípicos y la falta de antecedentes de disforia de género. Pero el equipo de Karolinska siguió adelante. «Karolinska no detiene a nadie; virtualmente el 100% obtiene reasignación de sexo«, dice Ring.

Las autoridades suecas están empezando a responder. Poco antes de que el proyecto de ley que habría bajado la edad mínima de reasignación de sexo fuera a ser debatido en el parlamento en septiembre, fue archivado, y se ordenó a la Junta de Salud y Bienestar que reevaluara las pruebas. Su informe debe ser presentado el 31 de marzo.

Tras ser entrevistada en Uppdrag Granskning, la Ministra de Salud de Suecia, Lena Hallengren, pidió al programa que incluyera un texto adicional para recordar a los telespectadores que había sido su predecesor, y no ella, quien había redactado la polémica ley.

El 20 de diciembre, el Organismo Sueco de Evaluación de la Tecnología Sanitaria, al que el Gobierno había pedido que examinara las investigaciones científicas sobre el reciente aumento del número de adolescentes que informaban sobre la disforia de género, informó de que se habían realizado muy pocas investigaciones sobre el motivo del aumento o los riesgos o beneficios del tratamiento hormonal y la cirugía

Otra de las novedades que señala The Guardian es «la creciente división entre los activistas trans. Mientras que Romson advierte que los niños tendrán aún más ansiedad debido al cambio en el debate, Aleksa Lundberg, una mujer trans y activista veterana, está respaldando el llamado para que se realicen más investigaciones

El pasado octubre se disculpó por no haber sido lo suficientemente abierta sobre la depresión que había sentido después de su operación. «Probablemente no me sometería a una cirugía correctiva si tuviera la misma opción hoy», escribió. «Y quiero disculparme con aquellos que quizás necesitaban escuchar esa historia antes.»

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