Un Tribunal de Estados Unidos a favor del adoctrinamiento

El aberrante fallo del Tribunal Federal de Apelaciones Cuarto Circuito de Estados Unidos ha generado polémica entre los padres del condado de Montgomery, Maryland. Pues ha impuesto en las escuelas, con una votación de 2-1, el uso obligatorio de literatura o libros de texto que incluyan temas de ideología de género y lobby gay.

Razones

El 15 de mayo, el Tribunal dictaminó que los padres no habían demostrado de manera justificada un ataque a sus derechos como primeros educadores. Además, el Tribunal no considera que las tareas escolares contengan tintes de adoctrinamiento ideológico.

Este debate comenzó a raíz de que la Junta de Educación del Condado de Montgomery aprobara en 2022 varios libros catalogados como «textos inclusivos» para ser usados en el plan de estudios, desde preescolar hasta la escuela secundaria. Inicialmente, los padres podían optar por que sus hijos no usaran ni leyeran estos libros, pero a partir del año escolar 2023-24, el plan de estudios se volvió obligatorio.

Adoctrinamiento

Los libros en cuestión describen diversas temáticas relacionadas con el lobby gay, incluyendo parejas del mismo sexo, niños transgénero, comentarios de texto sobre qué es ser «no binario», colegios con letreros de baños no binarios y desfiles del orgullo gay. Además, el plan de estudios incluye guías para los maestros sobre cómo inculcar estos temas en los niños.

Por ejemplo, afirma que:

las partes de nuestro cuerpo no deciden nuestro género. Nuestro género viene de nuestro interior».

Otros libros defienden que el niño percibe mejor que nadie «el sentir» la necesidad de la transición de género. Este enfoque induce a los estudiantes a tomar la decisión de transición por impulsos aunque no «tenga sentido». Pues se que considera que los médicos solo «adivinan» al identificar el sexo de un recién nacido. 

Un ataque al pensamiento independiente

Además, el plan de estudios impuesto suprime la libertad de expresión y el pensamiento independiente de los docentes, al obligar a estos que etiqueten a sus alumnos de «hirientes» si cuestionan o discuten estas ideologías.

Este adoctrinamiento ha generado una fuerte reacción de numerosos padres, los cuales solicitaron para sus hijos una política de exclusión voluntaria del programa. No solicitaron la prohibición del programa académico a nivel general, en todos los centros.

A raíz de la polémica, padres de diversas religiones, incluyendo el islam, el catolicismo y el cristianismo ortodoxo, se han unido para tratar de salvaguardar a sus hijos y que estos reciban una educación apropiada para su edad,  coherente con su fe y con la antropología humana. 

Debate social

Si se niega este derecho a los padres, se está violando el principio inalienable y constitucionalmente protegido de elegir sobre la educación de los hijos, especialmente en temas sensibles relacionados con la vida familiar y la sexualidad humana.

El debate en torno a este tema no sólo es jurídico, sino sobre todo social y cultural. Se pone en evidencia la importancia de los contenidos de los libros de texto donde se forman nuestros hijos. La guerra cultural en la que nos encontramos inmersos delata la prioridad de educar, en vez de adoctrinar, mediante libros de texto basados en ideologías totalitarias.

Dada la importancia que adquiere la educación, debería de  ser posible educar a niños y jóvenes a través de unos valores y conocimientos fundamentados en las verdades universales del hombre y su historia, apelando siempre a la ética y al sentido común.

Censura hacia la enseñanza auténtica y honesta

Sin embargo, estamos inmersos en un aquelarre educativo que censura una enseñanza auténtica y honesta. ¿Cuáles son los valores que queremos transmitir a nuestros hijos? o ¿cuáles son los falsos valores que interesa imponer a nuestros hijos?

La  Junta de Educación del Condado de Montgomery no puede impedir a los padres que así lo deseen excluir a sus hijos de una instrucción que viola sus principios morales en temas tan delicados. Pues se está interfiriendo ilegalmente entre los padres y sus hijos y además los están atacando y señalando debido a sus valores éticos fundamentales. Eso, a priori, infringe las propias políticas de la Junta, la ley de Maryland y la Constitución de los Estados Unidos.

La Corte Suprema debería de sostener que los niños no son pupilos del estado y que los padres tienen el derecho de tomar decisiones clave sobre la educación de sus hijos en asuntos críticos relacionados con la vida familiar y la sexualidad humana.

Pero aún así, el  15 de mayo de 2024, la corte de apelaciones dictaminó mantener la política de la Junta Escolar de no-notificación y no-opción.

Es grotesco que se niegue a los padres el derecho de excluir a sus hijos del adoctrinamiento unilateral en estos temas cuando entra en conflicto con sus creencias, valores morales o principios antropológicos.