“Muchas veces, los cristianos pensamos que somos únicos y muy pocos y tendemos a no manifestarnos como tales. Hay un pudor a que se note que somos cristianos”, ha afirmado el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, en su visita pastoral a la Universitat Abat Oliba CEU.
El diálogo con los jóvenes ha sido intenso. En el contexto de un ámbito de transmisión del conocimiento como la universidad, Omella ha invocado la idea de libertad “como el sagrario más íntimo de la persona”. Así, se ha dirigido a los docentes para decirles que han de “sembrar, aconsejar y rezar por sus estudiantes”, pero, en último extremo, “hay que dejarles libertad”. Según el cardenal, en nuestros días “hay miedo a la libertad, queremos que todos vayan por el mismo camino”.
Respecto a la inculcación de los valores en una universidad de ideario católico, como es la UAO CEU, Omella ha afirmado que “no basta con conocer intelectualmente la enseñanza, sino que es necesario vivirla”. En este sentido, considera que “el apóstol lleva el fuego en el corazón”, y ha animado a los cristianos a hacerse visibles.
Un cristiano «triste», el peor ejemplo
La idea de irradiar una fe viva y vigorosa ha impregnado gran parte del mensaje que ha trasladado. “Un cristiano aburrido, triste es el mejor ejemplo para que nadie siga su camino”. Y en esta línea ha concluido la misa que ha oficiado con posterioridad al coloquio: “que seáis buenos apóstoles”.
Otro de los rasgos que definen la juventud es la búsqueda del propio camino. Sobre esta situación, Omella ha recordado que “todos somos la respuesta a una llamada” y que esta llamada conecta con la vocación. “Dios tiene un proyecto para todos”.
Durante el coloquio, el cardenal ha estado acompañado por el rector de la UAO CEU, Rafael-Rodríguez Ponga, y por el capellán mayor de esta universidad, Albert Sols.