Sobre el mito de la superpoblación que parece vuelve a ponerse de moda entre algunos grupos sociales y ciertos medios de comunicación se encargan de manifestarlo, pienso que no se puede simplificar, porque otros indicadores aportan contrapuntos, como el del parón o retroceso de la esperanza de vida, hasta ahora paradigma de progreso de los países occidentales. Se ha estancado en lugares como Francia, Alemania, los Países Bajos, Australia, Gran Bretaña. No se llega aún al extremo de Rusia, ni tampoco al preocupante descenso de los Estados Unidos en los últimos tres años (en 2017, 76,1 años para los hombres, y 81,1 para las mujeres), que se debería a la crisis de los opiáceos y sobredosis de drogas, los suicidios y las enfermedades crónicas causadas por la obesidad.
Ninguna razón científica, al menos yo no la conozco, avala que el planeta estará mejor protegido si tiene menos habitantes. Es más: para quienes no desean tener hijos, no tendría por qué ser determinante la solidaridad entre generaciones que invita a cuidar el planeta para los descendientes. Más plausible parece pensar que se apuntarán al carpe diem!