Recientemente, el Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) ha dado un giro histórico al proponer que el sexo es una cuestión de biología, en una decisión trascendental que marca un contrapunto con la ideología de género.
Estos cambios propuestos en la constitución del servicio de salud por parte de ministros han sido recibidos con entusiasmo por los defensores de los derechos de las mujeres, quienes consideran que este cambio representa un retorno al sentido común y un reconocimiento fundamental de la importancia de la seguridad y el bienestar de las mujeres en los servicios de salud.
El NHS, a través de su constitución escrita, busca establecer los principios y valores del servicio de salud, así como los derechos legales tanto de pacientes como de personal médico. Esta constitución se actualiza cada 10 años por el Secretario de Estado, y los recientes cambios propuestos marcan un hito en la postura oficial del NHS hacia la definición del sexo.
Sentido común
Uno de los cambios más significativos es la nueva definición de sexo como sexo biológico. Esta definición implica que el derecho a una sala de hospital de un solo sexo garantiza que los pacientes no tengan que compartir alojamiento con personas del sexo biológico opuesto. Este cambio es crucial, especialmente para muchas mujeres que se han quejado de tener que compartir espacios de descanso con mujeres trans, es decir, personas que nacieron como hombres pero que se identifican como mujeres.
Objeto de debate
Anteriormente, la guía del NHS permitía que los pacientes trans fueran colocados en salas de un solo sexo basadas en el género con el que se identificaban, lo cual ha sido objeto de confrontación y debate durante años.
Ahora, con esta actualización constitucional, se establecería explícitamente que el sexo se define por la biología. Tal y como es.
Atención íntima del mismo sexo
Además, las mujeres tendrán el derecho de solicitar que la atención íntima sea proporcionada, en la medida de lo posible, por alguien del mismo sexo biológico.
Esto responde a preocupaciones legítimas sobre pacientes femeninas que se han sentido presionadas para aceptar cuidados íntimos de personal que se identifica como trans, pero que biológicamente son de sexo masculino.
Estos cambios en la constitución del NHS representan un paso adelante en la protección de los derechos y la seguridad de las mujeres en el sistema de salud.
Por otro lado, los líderes del NHS han expresado preocupaciones sobre cómo estos cambios podrían arrastrar al servicio de salud a un debate político pre-electoral sobre guerras culturales.
Esta propuesta de cambio en la constitución del NHS representa un esfuerzo por establecer un equilibrio que reconozca y respete las diferencias biológicas, mientras se protegen los derechos y la dignidad de todos los pacientes.
Es fundamental que estos cambios se implementen de manera clara y práctica para el personal del NHS, de modo que puedan ofrecer atención de manera justa para todos los pacientes.