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Polonia: intentan prohibir el sacramento de la confesión a los niños

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En el Parlamento polaco se ha abierto una propuesta absurda y alarmante: prohibir la confesión para menores de 18 años.

Esta iniciativa, que ataca directamente a los principios fundamentales de la fe católica y la soberanía moral de las familias, ha sido impulsada por un grupo minoritario que ha reunido 13.000 firmas, una cifra ínfima en un país donde la Iglesia Católica sigue siendo el alma de la nación.

Lo llaman protección

El Observatorio sobre Intolerancia y Discriminación contra los Cristianos en Europa (OIDAC Europe) ha denunciado que esta iniciativa, basada en falsos argumentos, intenta desacreditar el sacramento de la confesión tildándolo de «traumático».

¿Desde cuándo recibir a través de un sacramento la misericordia de Dios y el perdón de los pecados es perjudicial?

Además, se argumenta que los sacerdotes carecen de «formación psicológica» para atender a los niños, una falacia que ignora la profundidad del ministerio sacerdotal y la realidad del sacramento de la confesión.

El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) en el número 1441 enfatiza que solo Dios puede perdonar los pecados, y que Jesús otorgó este poder a los apóstoles para que, en su nombre, reconciliaran a los pecadores. Esta misión ha sido transmitida a los sacerdotes a través del sacramento del orden sacerdotal.

La confesión no es una visita al psicólogo, ni es no solo es un acto de arrepentimiento, sino también un medio de gracia y sanación espiritual. El CIC 1468 afirma que «el sacramento de la Penitencia devuelve la gracia santificante, reconcilia con Dios y con la Iglesia, devuelve la paz y la serenidad de la conciencia, y otorga fortaleza espiritual para luchar contra las tentaciones futuras.»

Por tanto, la confesión no es un acto traumático, como algunos pretenden señalar, sino una fuente de misericordia y purificación para el alma. 

El eco de la persecución comunista

El arzobispo de Poznań, Stanisław Gądecki, ha advertido que esta propuesta evoca las tácticas represivas del régimen comunista, el cual intentó arrancar la fe del corazón de Polonia prohibiendo los sacramentos y persiguiendo a los creyentes. «Solo después de los 18 años podían acercarse a la Iglesia – aquellos que resistieran la presión anticlerical, claro está». Mismos métodos de opresión del pasado, ahora revestidos de una supuesta «protección infantil».

Polonia sigue siendo un bastión de la fe católica en Europa. A pesar de las campañas de secularización, el 82% de los estudiantes asisten a clases de religión en las escuelas, y en 2021 más de 331.000 niños recibieron su Primera Comunión.

Esta propuesta no es solo un ataque contra la confesión de la fe, sino contra la misma esencia de la vida católica. Si se aprueba, la práctica de la Primera Comunión, que requiere la confesión previa, se vería gravemente afectada, en un intento descarado de debilitar la formación cristiana desde la infancia.

Resistencia y defensa de la fe

Gracias a Dios, por ahora, la propuesta carece de apoyo público y político. Władysław Kosiniak-Kamysz, viceprimer ministro de Polonia, ha dejado claro que esta medida es anticonstitucional y contraria al sentido común:

Polonia es un país donde hay libertad religiosa, y son los padres quienes deben decidir cómo educar a sus hijos».

Sin embargo, la sombra del anticlericalismo sigue al acecho. Voces como la de la famosa periodista Joanna Racewicz intentan envenenar la fe con declaraciones que cuestionan a los sacerdotes y siembran dudas en la comunidad católica.

El Parlamento aún debe revisar la propuesta, pero lo que esta claro es que esta viola los derechos fundamentales protegidos por la Constitución de Polonia y la legislación de la Unión Europea.

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1 Comentario. Dejar nuevo

  • «La propuesta viola la Constitución de Polonia y la legislación de la Unión Europea».

    La tienen fácil: cambiar la constitución polaca y la legislación de la UE.

    La tendrán difícil si se les predica a los católicos insistentemente que las leyes de Dios están por encima de las leyes del hombre.

    ¿No te confiesas? No comulgas. ¿No comulgas? No tendrás parte con Dios (Juan 6,56).

    Todas las enseñanzas de Jesús son firmes. Pero la que más destaca en firmeza es esta enseñanza. Tanto que Jesús dejó que los seguidores que no la creían lo abandonaran. No hizo el más mínimo esfuerzo para detenerlos.

    ¿Que la confesión causa traumas? ¡Que los cause! Mejor traumatizado que alejado de Dios.
    Con toda la razón recordaba el Papa a los confesores que ellos no son psicólogos ni psiquiatras, que el confesionario no es un psico-consultorio.

    Algo por el estilo dicen algunos mediquillos y paramediquillos respecto de la masturbación: que es buena para un saludable equilibrio psicológico. Pero es mejor enfermo y con Dios, que sano pero sin Dios.

    Son todas sucias e irracionales estrategias para contradecir a la Iglesia. Ni trauma ni desequilibrio.
    Confesión = distensión. Masturbación = frustración.
    No lo dice la Iglesia solamente. Lo dice la ciencia.

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