El brutal descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudà de Estambul provocó una oleada de indignación a nivel mundial jamás antes vista contra la monarquÃa petrolera. Los desesperados intentos de la Administración Trump por salvar la cara del prÃncipe heredero y hombre fuerte del régimen, Mohamed bin Salman, seguro que han evitado a Arabia Saudà sanciones internacionales como las que ha sufrido Rusia por acciones encubiertas similares de sus servicios secretos. Pero el impacto en la opinión pública internacional, más pronto que tarde, tendrá consecuencias polÃticas.
Llueve sobre mojado.