En la vida de toda sociedad hay dos instituciones que tienen una importancia capital: la familia y la enseñanza. De cómo sean ambas depende la formación de las generaciones futuras y, por tanto, la sociedad del mañana. No obstante, los cambios sociales tienen en la institución familiar el termómetro más significativo.
En How to avoid the Future (Cómo evitar el futuro), el escritor inglés Gordón R. Taylor (1911-1981) publicó hace algunos años unas interesantes reflexiones sobre la familia, que fueron recogidas en el diario alemán Die Welt:
<<La familia es el microcosmos de la sociedad; una familia en la cual los niños pueden hacer casi todo, significa preparar una sociedad en la cual casi todo es posible; una familia desordenada, significa una sociedad caótica; una familia llena de odio, equivale a una sociedad de gentes que se odian; una familia que está a punto de romperse da lugar a una sociedad que está a punto de quebrar>>.
Taylor recordaba también una experiencia vieja como el hombre, aunque la presentaba con lenguaje actual: «Los psicólogos han elaborado modelos que explican cómo se forma la conciencia de los niños, como producto de la aceptación e interiorización del ejemplo de los padres». Y el escritor inglés hacía ver que el problema de la disgregación familiar es hoy «el más importante de la sociedad, más que los problemas políticos y económicos, en los que nuestros líderes emplean la mayor parte de su tiempo».