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La Iglesia metodista estadounidense rechaza ordenar homosexuales como sacerdotes

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La Iglesia metodista de Estados Unidos -la segunda protestante más grande en el país-  ha votado en contra de ordenar sacerdotes homosexuales y lesbianas. También ha declinado oficiar uniones de matrimonio en parejas del mismo sexo.

Tras varias jornadas de debates de la convención de esta Iglesia se decidió que así sería, aunque abre la posibilidad de una fractura en esta religión de doce millones de fieles.

La razón es que el resultado de esta decisión ha sido ajustado al resultar que el 53% ha estado a favor de mantener la actual situación mientras que un 47% ha apoyado el demoninado “plan de una sola iglesia”, que proponía no ponde límites a ls tendencias sexuales en cuanto al acceso al sacerdocio.

Los contrarios a esta desnaturalización de la figura del reverendo, consideran que esta propuesta era insostenible porque “la práctica de la homosexualidad es incompatible con las enseñanzas cristianas”. 

Un paso con precedentes negativos

Otras iglesias que han tomado esta iniciativa positivamente como, por ejemplo, la anglicana -que ha llegado a ordenar mujeres lesbianas obispas- se han abocado estadísticamente a una crisis de fieles y vocaciones que ha provocado, por ejemplo, que parte de sus miembros se hayan trasladado a iglesias católicas.

Según afirmó públicamente el presidente del consejo, Kenneth Carter Jr., “somos doce millones en cuatro continentes y aunque en nuestro país hay un gran apoyo, con una total participación de la comunidad LGBT a nivel local, somos una iglesia global y democrática. Esto es lo que nos hace fuertes y, a su vez, es un desafío”.

Una gran parte de los fieles ya han ido dejando la iglesia episcopal a causa del asunto del homosexualismo político, los presbiterianos se han dividido y muchos jóvenes evangélicos dejan las iglesias por la falta de definición.

La iglesia metodista cuenta con siete millones de personas en EE.UU. de difícil encaje ideológico. Ahí figuran Hillary Clinton, pero también Jeff Sessions, el senador conservador que ejerció de primer fiscal general con el presidente Donald Trump. Aunque algo más de la mitad se declaran republicanos, por un 35% demócratas, la mayoría sostiene que el aborto debe ser legal y reclaman un regulación más estricta para proteger el medio ambiente.

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