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La perversa propuesta del gobierno de Macron: blindar el aborto

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El Senado francés ha tomado una decisión histórica al aprobar la reforma que reconoce supuesto «derecho» al aborto en la Constitución, marcando un suceso significativo en el desamparo de la dignidad de la vida humana. Después de intensos debates y tensiones, con 267 votos a favor y 50 en contra, se ha dado un paso crucial hacia lo que falsamente divulgan como «la libertad de las mujeres» para controlar su propio cuerpo. En realidad, esto va en detrimento de la vida de los más inocentes.

El debate en torno a la inclusión del «derecho al aborto» en la Constitución francesa ha desatado una serie de controversias y reflexiones que van más allá de la mera cuestión legislativa. Esta medida, respaldada por el presidente Emmanuel Macron y su coalición política, busca garantizar que la «libertad de las mujeres» para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo esté protegida de manera sólida y duradera en el marco constitucional. La versión aprobada en el Senado refleja la misma redacción adoptada previamente por la Cámara Baja, estableciendo que «la ley determina las condiciones en que se ejerce la libertad garantizada a la mujer de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo».

Resulta alarmante que el gobierno francés, en su afán por asegurar la «irreversibilidad» del aborto, esté dispuesto a consagrar esta práctica en la Constitución, dejando poco margen para futuras discusiones y cambios basados en evidencia científica y ética. Esto plantea enormes interrogantes sobre la verdadera naturaleza de la democracia. Al inscribir el aborto en la Constitución, Francia se convertirá en el único país del mundo en hacerlo, marcando un precedente significativo en la desprotección del derecho fundamental de la vida humana.

El primer país que blindará el aborto en su Constitución

La insistencia en blindar el aborto en la Constitución francesa revela una falta de consideración hacia aquellos que, por motivos éticos, morales o religiosos, se oponen a esta práctica. La libertad de conciencia y la salvaguarda de la vida humana desde su concepción son valores fundamentales que merecen ser respetados y protegidos en una sociedad verdaderamente libre y respetuosa con el ser humano.

Los datos proporcionados por el gobierno francés sobre el número alarmante de abortos realizados en el país son motivo de profunda reflexión. En lugar de normalizar y promover el aborto como una solución fácil y rápida, deberían centrarse en abordar las causas subyacentes de esta situación, como la falta de apoyo a las mujeres embarazadas, la precariedad económica y social, y la falta de educación sexual integral.

En última instancia, la inclusión del derecho al aborto en la Constitución francesa no solo plantea serias preocupaciones éticas y jurídicas, sino que también pone en riesgo la dignidad humana y la protección de la vida en todas sus etapas.

Ante esta noticia, es oportuno recordar las palabras de santa Teresa de Calcuta sobre el aborto. Nadie podría decirlo más alto y más claro.

En lugar de normalizar y promover el aborto como una solución fácil y rápida, deberían centrarse en abordar las causas subyacentes de esta situación, como la falta de apoyo a las mujeres embarazadas Clic para tuitear

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1 Comentario. Dejar nuevo

  • Como todos los inventos humanos, la Constitución es un arma de doble filo: se puede utilizar para bien o para mal. Los 267 diputados que han votado a favor de esta barbaridad han decidida usarla para mal.

    «la ley determina las condiciones en que se ejerce la libertad garantizada a la mujer de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo».

    Falso. No se trata de interrumpir el embarazo, como quien interrumpe la digestión, sino de matar a un ser humano antes de que nazca. Eso y solo eso, es el aborto.
    Incorporarlo a la Constitución es inconstitucional.
    En el preámbulo de la Constitución francesa consta:
    “Los franceses proclaman solemnemente su compromiso con los Derechos Humanos “

    Y en la Declaración de Derechos Humanos de 1948 consta:
    Art. 2. Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración,
    sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de
    cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
    cualquier otra condición.
    Art. 3.Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
    Persona.

    Que un ser humano tenga la condición de vivir en el seno de su madre no lo hace menos individuo ni menos persona que cualquier otro ser humano de cualquier otra condición.
    Para incorporar el aborto voluntario a la Constitución tendrían que modificar dichos artículos.

    El último párrafo del artículo es muy clarificador:
    “En última instancia, la inclusión del derecho al aborto en la Constitución francesa no solo plantea serias preocupaciones éticas y jurídicas, sino que también pone en riesgo la dignidad humana y la protección de la vida en todas sus etapas.”

    Solo precisar que no es solo un riesgo, sino una realidad. Un colectivo de seres humanos, a los que ningunea, quedan excluidos de la dignidad humana. En consecuencia, cualquier otro colectivo de seres humanos queda expuesto a que le ocurra lo mismo en función de ciertos intereses que así lo demanden.
    Si no se protege la vida humana en su etapa inicial, de la cual dependen las etapas posteriores, quedan todas desprotegidas.

    Macron pasará a la historia como un necio que degradó a la sociedad francesa incorporando el aborto a su Constitución. Hasta la propia Simone Veil, con su triste reputación de haber legalizado el aborto en Francia, aunque de forma muy restringida, se escandalizaría de que gradualmente se haya llegado a tamaña barbaridad.

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