Ni siquiera San Sebastián de Garabandal (Cantabria) escapa a las mascarillas anti Covid 19. Se me ha ocurrido teclear en el pc “la mascarilla y garabandal” , buscando un porqué profético de la mascarilla y me aparece un anuncio publicitario pío acerca de las mascarillas. Supongo que, en todos los santuarios marianos, junto con el numerus clausus de afluencia con control sanitario y policial de accesos, se mantienen en vigor la venta de rosarios y de estampas. En Garabandal tienen estas mascarillas tipo ffp2.
Yo buscaba si el hecho de la mascarilla, en las caras de los mortales en todo el mundo a partir del año 2020, fue profetizado en Garabandal en los años sesenta del siglo XX. Creo que no. Creo que tampoco hay un texto papal actual, por no decir encíclica, referente a esto de la mascarilla. Observo mucho y tengo tiempo de pensionista para ello. Los estudiantes escolares en mi entorno vecinal tienen asumida la mascarilla en sus rostros. Yo me la suelto un poco cuando voy por el entorno natural de monte cercano a mi domicilio.
En el templo me la suelto y me la pongo, me la pongo y me la suelto constantemente. El templo es la casa de Dios. No acudo a él como turista o a pasar el rato. Acudo a rezar. Mi plegaria litúrgica en voz alta, con mi canto litúrgico audible y bien afinado, es a Dios y no al “ídolo” de la mascarilla. No permito que mi mascarilla se interponga en mi oración litúrgica a Dios Nuestro Señor.
Y ya que les hablo de Garabandal, me repito en lo dicho en mi escrito de hace un tiempo. En plena pandemia, con asistencia televisiva y no presencial a misa, publiqué Amar a Dios y hacer su voluntad. Husmear sobre el tema de Garabandal en internet es encontrar cosas que no aportan nada nuevo. Me parece que el asunto mascarilla va para largo.
