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Habemus Papam: León XIV, el nuevo pastor que el Señor nos regala

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Hoy es día de fiesta en la Iglesia. Es un día de acción de gracias.

La Plaza de San Pedro ha estallado en aplausos, las campanas han repicado con fuerza y los corazones de millones de fieles en todo el mundo se han conmovido al escuchar esas dos palabras tan esperadas: Habemus Papam.

Los ojos del mundo entero se volvieron hacia el balcón donde, una vez más, Dios se ha hecho presente en la historia de los hombres: la elección de un nuevo Sucesor de Pedro.

León XIV el nombre que, desde hoy, llevará sobre sus hombros la misión de guiar a la Iglesia universal como Vicario de Cristo. No es tarea fácil. Es una carga pesada, pero también una gracia inmensa.

Un pastor para estos tiempos

En este día histórico, se nos ha regalado un nuevo pastor, elegido entre hombres, pero señalado por el cielo.

Nuestro nuevo, Papa León XIV, llega para continuar el camino de tantos que le precedieron, pero también para trazar sendas nuevas, acompañado de la gracia de Dios. Paz, unidad y misión, así lo ha recalcado.

Llega como padre, como maestro, como hermano. Llega con su historia y, sobre todo, con su fe y paz. Y eso es lo que necesitamos.

Una elección que nos une

Hoy todos somos uno. Hoy todos miramos en la misma dirección. Hoy todos rezamos por León XIV.

Hoy importa que es el elegido. Y por eso lo acogemos con alegría, con obediencia filial, con corazón abierto.

Porque en León XIV reconocemos al pastor que Dios ha dispuesto para este momento concreto de la historia.

Y si bien no sabemos aún qué estilo exacto tendrá su magisterio, cuáles serán sus gestos, sus encíclicas, sus prioridades, sabemos que está sostenido por nuestras oraciones y por la promesa de Cristo.

Oremos con la Iglesia entera

Que esta jornada sea de acción de gracias. Que resuene en el mundo que Dios ha hablado, ha actuado, ha intervenido.

Oremos por León XIV. Oremos por su fortaleza, por su salud, por su docilidad al Espíritu. Oremos para que sea un padre bueno, un pastor valiente, un testigo fiel del Evangelio.

Y oremos también por nosotros, para que sepamos acogerlo con fe, caminar con él y dejarnos guiar. Para que, como comunidad, sepamos reconocer en esta elección una oportunidad de renovación espiritual, de conversión, de regreso al centro: Jesucristo.

Habemus Papam

Sí, tenemos Papa. Tenemos pastor. Tenemos padre. Gracias, Señor.

Bienvenido, León XIV. Te recibimos con el corazón en vilo y con la certeza de que, en tus pasos, también camina el Espíritu Santo. Que María, Madre de la Iglesia, te cubra con su manto.

Habemus Papam!

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • Diógenes
    9 mayo, 2025 13:57

    Este artículo es de un lirismo conmovedor. Es la expresión en palabras del sonar jubiloso de campanas que se desató ayer cuando la humareda blanca anunció en silencio que la Iglesia de Jesucristo volvía a gozar de un sucesor de Pedro.
    Este artículo me ha llevado a evocar aquella alegría del rey David que le impulsó a bailar ante el Arca de la Alianza.
    Después de tragarme las banalidades y sandeces que flotan en la ciénaga mediática, leer este artículo ha sido como beber en la fuente que mana de las profundidades de la fe. Entre tanta cháchara contaminada por las ideologías al uso, este artículo es una bocanada de aire puro.
    En resumen, que entre una cosa – la presencia de León XIV- y la otra – este artículo- no he podido hacer otra cosa que ponerme a llorar y dar gracias a Dios.

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