Dos sacerdotes y 46 laicos, entre ellos un no nacido, fueron asesinados en un ataque islamista contra las personas que celebraban y asistían a misa en la tarde del domingo 31 de octubre de 2010 en la catedral de Nuestra Señora de la Salvación y Perpetuo Socorro, de rito siríaco, en Bagdad, capital de Irak.
Exactamente nueve años después, ha terminado la fase diocesana de estudio que ahora se envía a Roma para que pueda declararse mártires a esos católicos que murieron víctimas del odio a la fe.

Los cinco asesinos, mientras disparaban para matar a los fieles antes de matarse con cinturones explosivos ante el cerco policial, gritaban «Alá es grande», manifestando de esa y de otras formas su odio a la fe cristiana.
El padre argentino Luis Escalante, que ha sido asesor de la causa, opinaba según el artículo de San Martín que no solo los laicos asesinados son tan mártires como los sacerdotes, sino que incluso un niño de tres años llamado Adam, asesinado junto a su padre Auday Zuheer Marzina Arab, puede considerarse «líder del grupo», pues a él lo mataron porque su madre no conseguía que se estuviera quieto, de modo que el pequeño trataba de parar a los asesinos gritándoles «Kafi, Kafi» (¡basta!). Tras matarlo, dejaron viva a su madre afirmando: «Queremos que tú también sufras». Escalante explica su opinión diciendo del pequeño Adam:
“Él es el mejor representante del grupo, porque entendió cuanto estaba sucediendo, y al mismo tiempo no entendía nada. Porque no se puede entender un ataque terrorista».

Otras dos causas
Según San Martín, en agosto de 2019 ya se presentaron otras dos causas de posibles mártires iraquíes: la hermana Cecilia Moshi Hanna, golpeada hasta la muerte por islamistas en 2002, y el sacerdote Ragheed Aziz Ganni más tres compañeros, asesinados en 2007.
La devoción de la imagen de Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto, denominada en inglés Our Lady of Deliverance debe su difusión, según James Fitzhenry, a los españoles, y se celebra el 29 de julio.
Santiago Mata. 31 de octubre de 2019.










