El Papa Francisco ha canonizado a MonseƱor Romero ( 14-X), Obispo de El Salvador, āmĆ”rtir por el Evangelio y la justicia socialā. Se hizo mundialmente popular por la pelĆcula que lleva su nombre,āRomeroā, deĀ _JOHN_ _DUGAS_ [1]. Aunque en ella tambiĆ©n hay fantasĆa ( el guión no se le presentó al Obispado), esencialmente muestra lo que sucedĆa: la guerrilla paramilitar descargaba contra inocentes campesinos y contra los sacerdotes que los defendĆan. MonseƱor Romero tenĆa corazón sensible y brazos fuertes: al mismo tiempo queĀ abrazaba a Dios con uno, con el otro abrazaba al hombre, en especial a los necesitados de protección. Como Obispo, supo estar en su sitio, con rechazo absoluto de la lucha armada; pero utilizando su palabra a favor de la paz y del respeto a la vida, con inusitado heroĆsmo. Como asevera Rafael Domingo, Ā«para Oscar Romero, levantar la voz no era una decisión polĆtica, sino una decisión moral y profundamente evangĆ©lica. Abogó por una defensa no violenta de la justicia, inspirada en el amor, el perdón y la participación socialĀ». Con su autoridad de Pastor de la Iglesia, exclamó a la Guardia Nacional en su HomilĆa del 23 de marzo de 1980, la vĆspera de su sacrificio:
_ā(ā¦) Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y ante una orden de matar que dĆ© un hombre, debe de prevalecer la Ley de Dios que dice: NO MATAR (ā¦) En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada dĆa mĆ”s tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Ā”Cese la represiónā¦!ā_