El 7 de noviembre llegó a los cines Heridos, un documental dirigido por Borja Martínez-Echevarría que se atreve a mirar de frente una realidad silenciada: las heridas que deja el aborto en el corazón de quienes lo viven.
Lejos del debate político o ideológico, la película se presenta, en palabras de su director, como “una bandera blanca en un campo de batalla”, un espacio para acoger, escuchar y sanar.
Durante 77 minutos, Heridos entrelaza los testimonios reales de tres mujeres y un hombre que pasaron por la experiencia del aborto y encontraron después un camino de reconciliación interior. Sus relatos, cargados de dolor pero también de esperanza, se recrean con actores para mostrar los momentos clave de su juventud y su proceso de sanación. El resultado es una obra profundamente humana y espiritual, donde la acción de Dios se hace visible en el corazón de los que se reconocen heridos.
El director conoce bien este terreno. Desde joven, marcado por un aborto natural en su familia y por el debate social de los años 80, se sintió interpelado por la defensa de la vida. Sin embargo, Heridos no busca juzgar, sino mostrar el proceso de sanación de quienes se atreven a reconocer sus heridas.
El documental combina los testimonios con imágenes de naturaleza, símbolo de la interioridad y del proceso de curación. El agua, los desiertos, los paisajes áridos o fértiles reflejan el alma humana: la sequedad que provoca la culpa y la sed de reconciliación.
Uno de los aspectos más valientes del filme es su enfoque espiritual. Aparecen esculturas de Cristo, la Virgen o san José, no como decoración, sino como parte de los testimonios mismos. Para algunos protagonistas, su encuentro con Dios se dio en lugares de peregrinación como Medjugorje, donde sintieron el perdón y la paz interior que sólo el amor divino puede dar.
El documental cuenta también con la participación del sacerdote Jesús Chavarría, director espiritual de Spei Mater, quien recuerda que toda sanación debe atender los planos físico, psicológico y espiritual.
Heridos se apoya además en la experiencia de iniciativas como Proyecto Raquel, Viña de Raquel o Spei Mater, que acompañan a hombres y mujeres en su camino de sanación tras el aborto.
Borja Martínez-Echevarría, también responsable del documental Medjugorje (2021), subraya el mensaje último de su obra: Solo el amor de Dios puede sanar la herida del aborto. Esa es la verdad que muestran los testimonios.
Cuatro personas valientes se han atrevido a contar su historia. Ahora, la tarea es de todos: escuchar, acompañar y difundir la esperanza de que ninguna herida es más grande que la misericordia de Dios.
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