La OCDE, en el último informe publicado por la organización, advierte que los ciudadanos tienen que estar preparados para los cambios en el mercado laboral que va a producir la robotización. A pesar de que la publicación afirme que muchos de los empleos actuales sean finalmente reemplazados por máquinas, espera a que la tecnología pueda fomentar la creación de otros puestos de trabajo.
Según la institución España es uno de los países con más empleo en riesgo de ser automatizado (uno de cada cinco puestos de trabajo) y presenta bastantes carencias para hacer frente a este reto. «A pesar de la ansiedad por la destrucción de empleos provocada por la globalización del cambio tecnológico, es improbable que se produzca una fuerte disminución del empleo», señala el organismo en un informe publicado este jueves y presentado en Alemania. «En general, la cantidad de puestos de trabajo va en alza y si bien algunos pueden desaparecer (el 14% tiene un alto riesgo de automatización), otros surgirán», explica. Pese a mostrarse en líneas generales moderadamente optimista, la OCDE admite que la transición no será fácil y que «sin una acción inmediata», la brecha entre la población que puede encontrar trabajo y la que no, crecerá.
La educación y el aprendizaje de adultos constituyen la clave para garantizar esta transición entre los trabajos que desaparecen y los que se crean. Pero también aquí España está a la cola de la OCDE en formación de los trabajadores poco cualificados, especialmente de autónomos y temporales: sólo el 45% de los empleados con contrato temporal y el 32% de los autónomos participan en algún tipo de formación, frente al 56% en el caso de los trabajadores con contrato indefinido a tiempo completo.
Esta brecha en el acceso al aprendizaje para adultos es especialmente preocupante si se tiene en cuenta que España tiene una de las tasas de temporalidad más altas de la OCDE (el 26,7%). Además, el porcentaje de trabajadores autónomos que dependen de un solo cliente -un grupo particularmente vulnerable- ha aumentado en un 40% desde 2010.
La OCDE hace un diagnóstico bastante duro de la calidad de parte del empleo en España. Alerta de la elevada presencia de infraempleo o el empleo precario: tiene una de las tasas de empleo temporal más altas (26,7%, frente a 11,2% de media en la OCDE); y también abundan los autónomos que dependen de un solo cliente, un grupo que se considera muy vulnerable y que se han disparado un 40% desde el 2010, hasta suponer el 10,1%.
Recuerda que las mujeres siguen siendo el grupo con mayor riesgo de empleo precario, de bajos salarios y de desocupación; pero cada vez más jóvenes sin estudios superiores, y cada vez más hombres, también se están sumando al grupo de riesgo. El organismo estima que la tasa de jóvenes que no estudian ni trabajan (Nini) en España es del 19,9%, «la tercera más alta de la OCDE y 4 puntos porcentuales más alta que en 2007». Y la formación no garantiza en España un salario alto: «Incluso los trabajadores jóvenes altamente cualificados enfrentan serias dificultades: en 2016 el riesgo de recibir un salario bajo fue del 44%, 20 puntos porcentuales más alta que en 2006».
«Los empleos de nueva creación requerirán habilidades muy diferentes de los que están siendo destruidos y pueden estar localizados en otras regiones. Estos trabajadores desplazados necesitarán una protección social adecuada, incluyendo prestaciones económicas y asistencia a medida para encontrar empleo. Finalmente, se necesitan cambios en la organización del trabajo dentro de las empresas y en las diferentes industrias», agrega la economista de la OCDE.
La OCDE espera que los cambios legislativos aprobados a finales de 2018 para disminuir la brecha contributiva entre empleados y trabajadores por cuenta propia sirvan para mejorar el acceso a las prestaciones por desempleo y al seguro contra riesgos laborales e incapacidad temporal por enfermedad.