(La Nuova Bussola Quotidiana/Tommaso Scandroglio) Un artículo publicado en la revista científica Health Services Research and Managerial Epidemiology demuestra que la agencia estadounidense del medicamento ha proporcionado datos poco fiables sobre los efectos secundarios de la mifepristona, muy inferiores a los registrados nada menos que por Planned Parenthood. Sin embargo, la píldora abortiva se está liberalizando cada vez más, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Nos referimos a las complicaciones causadas por la píldora abortiva RU486, o más bien a los gravísimos efectos secundarios de su principio activo, la mifepristona. Recordemos las principales: hemorragias profusas y prolongadas, desmayos, aumento de la presión arterial, náuseas, vómitos, dolores y calambres abdominales, endometriosis, aborto incompleto y muerte [véase R.M. De Hart, M. S. Moreheade, Mifepristone, en. Ann. Pharmacother, 2001 Jun 35 (6), un estudio que analiza todos los estudios en inglés desde 1966 hasta 2000]. En cambio, matar al bebé en el vientre materno no es un efecto secundario, sino el único que se busca directamente.
Los defensores de esta píldora suelen citar los datos publicados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para argumentar que la mifepristona es esencialmente inocua. Un organismo es responsable, entre otras cosas, de vigilar de cerca los efectos adversos causados por los medicamentos.
A finales de diciembre, las investigadoras Cristina Circucci, Kathi Aultman y Donna Harrison publicaron un artículo en la revista científica Health Services Research and Managerial Epidemiology titulado «Mifepristone adverse events identified by Planned Parenthood in 2009 and 2010 compared with those in the FDA adverse event reporting system and those obtained through the Freedom of Information Act«. La conclusión es la siguiente: el número de complicaciones causadas por la mifepristona reportadas entre 2009 y 2010 por Planned Parenthood -organización que promueve el aborto en todo el mundo- es mucho mayor que el publicado por la FDA, cifra que, por cierto, incluye todos los abortos químicos del país, no sólo los realizados en las clínicas de Planned Parenthood. Así que las cifras de la FDA no son fiables. Pero procedamos por orden.
La FDA aprobó la mifepristona como medicamento abortivo en el año 2000. En ese momento pidió a los médicos, o a las organizaciones abortistas como Planned Parenthood, que informaran de los efectos adversos a los fabricantes de píldoras abortivas (en el caso de Planned Parenthood, el fabricante es Danco Laboratories). A continuación, debían informar a la FDA.
Pero las autoras del artículo han acudido a un artículo científico de la Dra. Kelly Cleland titulado ‘Significant adverse events and outcomes after medical abortion’ publicado en Obstetrics & Gynecology que analizaba las complicaciones en los abortos causados por la píldora mifepristona entre 2009 y 2010 administrados en las clínicas de Planned Parenthood. El número de estas complicaciones comunicadas por Planned Parenthood fue de 1530. ¿Cuántas de estas complicaciones aparecen en el sitio web de la FDA? 664. Y ojo: la FDA incluye en esa cifra todas las complicaciones de todos los abortos químicos en Estados Unidos, no sólo los de las clínicas de Planned Parenthood, que son «sólo» el 37% del total. Además, el artículo de Cleland sólo se refiere a algunos acontecimientos adversos, no a todos. Por ejemplo, no informa de los efectos secundarios más comunes (la no expulsión del feto y las hemorragias que no implican transfusiones). Los datos de la FDA incluyen todos los tipos de complicaciones, por lo que el número de complicaciones comunicadas por la FDA debería de ser mucho mayor.
Además, es posible obtener informes oficiales sobre estas complicaciones gracias a una ley, la Freedom of Information Act, que hacen públicos los datos publicados por la FDA. El número de efectos secundarios en el informe oficial debería coincidir al menos con el número publicado en la página web de la FDA, pero no es así. De hecho, el número de 664 eventos adversos indicados en la página web de la FDA, un número que ya hemos visto que no es fiable y que minusvalora la incidencia, disminuye de nuevo en el informe a 330. Los autores concluyen que «estas discrepancias […] demuestran que el Sistema de Notificación de Eventos Adversos [de la FDA] es inadecuado para evaluar la seguridad de la mifepristona».
Los investigadores señalan que todo el sistema de notificación es poco fiable. Muchos pacientes experimentan efectos secundarios, pero no los comunican a sus médicos. Además, no es seguro que el médico o el centro que realizó el aborto conozca las complicaciones que pueden surgir incluso después de mucho tiempo, que el médico o el centro informe al fabricante de la píldora de estas complicaciones y que éste a su vez informe a la FDA.
Los autores, para comprobar la fiabilidad de los datos publicados por la FDA, tuvieron que tomar un estudio que cubriera el periodo 2009-2010 y no un periodo más cercano a nosotros porque «en 2016 la FDA eliminó la obligación de informar sobre los eventos adversos derivados de la mifepristona que no fueran la muerte». Así, a partir de 2016, la única complicación que se comunica en Estados Unidos es la muerte del paciente.
A continuación, los autores plantean con razón esta cuestión: «No sabemos si la inexactitud del Sistema de Notificación de Eventos Adversos [de la FDA] se extiende a la notificación requerida para otros medicamentos, pero los hallazgos de este artículo tienen implicaciones significativas para la evaluación de la seguridad de los medicamentos en general». En resumen, se puede confiar poco en la FDA.
A pesar de estos graves fallos en los datos publicados por la FDA, ésta dio luz verde en diciembre a la administración de la píldora abortiva por correo. La creciente liberalización de este preparado químico con efectos abortivos es un objetivo que se persigue no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo.