Por Jesús Martínez
Como ha dicho en reiteradas ocasiones el Papa Francisco, la pendiente resbaladiza hacia la eutanasia en las sociedades occidentales responde a una afirmación ideológica de la voluntad de poder del hombre sobre su vida, que se abre paso cuando se difumina el sentido de la vida y de la muerte.
Con esta Proposición, que en apariencia garantiza la libertad de consentimiento y recoge la posibilidad de la objeción de conciencia médica, los socialistas pretenden elevar la eutanasia a la categoría de nuevo derecho constitucional. Pero como ha señalado el Portavoz de la Conferencia Episcopal, se trata de un monumento a la insolidaridad, promueve un falso derecho y un corredor de la muerte voluntario.