La Fundación Educatio Servanda ha puesto en marcha una iniciativa tan necesaria como hermosa: ofrecer el Monasterio de la Santa Espina, en Valladolid, para que cualquier sacerdote pueda vivir días de silencio, oración, estudio y auténtico descanso.
Todo ello de manera gratuita y con pensión completa.
La propuesta es sencilla y, al mismo tiempo, profundamente evangélica: brindar un espacio donde reencontrarse con el Señor, lejos del ruido y la exigencia diaria, en un lugar cargado de siglos de fe, historia y contemplación.
El mensaje en su web dirigido a los sacerdotes comienza con palabras que son, en sí mismas, un abrazo lleno de gratitud:
“Gracias por vuestra entrega de vida al servicio de Dios y de todos, con una dedicación que muchas veces os agota. Sois un don precioso que nosotros, los laicos, debemos aprender a querer, agradecer y cuidar”.
La casa permanecerá abierta durante toda la semana para retiros, ejercicios espirituales o simplemente unos días de reposo. Para solicitar plaza basta escribir a info@monasteriolasantaespina.es o llamar al 647 39 60 60 en horario de oficina.
Consulta su web.
Un monasterio cargado de fe, historia y belleza
Fundado en 1147 y hoy custodiado por Educatio Servanda, el Monasterio de la Santa Espina alberga uno de los tesoros más singulares de la cristiandad: una espina auténtica de la corona del Señor, venerada desde hace nueve siglos en la Capilla de las Reliquias. La custodia barroca que la contiene —obra del platero Juan Lorenzo— puede contemplarse en un pequeño camarín situado tras el retablo.
Sin embargo, el monasterio es mucho más que su reliquia. Sus claustros medievales, la sala capitular, la iglesia, y cada uno de sus rincones permiten respirar un ambiente de oración y trascendencia que ha acompañado a generaciones de monjes, peregrinos y reyes.
La historia nos recuerda que en sus muros tuvo lugar el primer encuentro entre Felipe II y su hermano Juan de Austria, futuro vencedor de Lepanto.
Laicos que cuidan de sus pastores
La iniciativa de Educatio Servanda es un gesto de hospitalidad y gratitud por parte de los fieles hacia sus pastores.
“Cuidemos a quienes nos cuidan”, pide la Fundación. Y lanza una sencilla invitación para todos:
¿Conoces algún sacerdote? Reenvíale este mensaje. Tenemos un regalo para él, porque entrega su vida al servicio de Dios y de todos nosotros”.
En tiempos de sobrecarga pastoral, disminución de vocaciones y profunda necesidad de pastores renovados, iniciativas como esta son un signo luminoso de comunión eclesial: los laicos cuidando a los sacerdotes, para que los sacerdotes puedan seguir cuidando al Pueblo de Dios.
Quizá hoy, más que nunca, es momento de recordar que también el sacerdote necesita descanso, acompañamiento y un espacio donde volver a escuchar la voz suave y serena del Señor. Educatio Servanda, con La Santa Espina, ha decidido ofrecerles precisamente eso: un hogar para el alma.








