La protección oficial a la minoría cristiana, que suma unos diez millones de personas en Egipto, no impide que sea objeto de continuos atentados, reivindicados últimamente por el llamado Estado Islámico.
Los cristianos egipcios están demostrando una firme voluntad de resistir a las presiones islamistas y mantener viva su fe que se remonta a los primeros tiempos de la cristiandad, cuando el apóstol San Marcos llevó la evangelización al país.
La inauguración de la catedral ha ofrecido al Papa la ocasión de enviar un saludo muy especial a la Iglesia Copta Ortodoxa “que ha sabido dar un verdadero testimonio de fe y de caridad, incluso en los momentos más difíciles”.