La diplomacia vaticana es antigua y tiene una lógica acorde con su naturaleza. Sin embargo, en los últimos tiempos y con relación a Venezuela y a su régimen, las noticias de esas acciones diplomáticas no siempre llegan con la nitidez necesaria.
Es preciso recordar que el Estado de Venezuela y el Vaticano se han relacionado por los cauces oficiales y regulares. Del mismo modo, el Vaticano ha mantenido contactos con la oposición y sus dirigentes. No se trata pues, de un trato de favor, sino de un procedimiento regular que, como el Secretario de Estado ha explicado con transparencia, pasa por intervenir promoviendo el cambio sin olvidar jamás que la Iglesia, en caso necesario, debe poder actuar como mediadora.