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Vivir mi presente a contracorriente

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¿Cómo vivo mi presente? Vivir consiste en vivir el propio presente, tomando clara conciencia de ello. Ya nos lo dijo San Agustín a finales del siglo IV (año 300 y pico casi 400 después de Cristo). Era el obispo de Hipona en el norte de África. En una obra de bolsillo asequible titulada CONFESIONES nos habló del tiempo. Nos dijo que ni pasado ni futuro. Se vive el presente. Siempre hay alguien electrónicamente “adelantado”. Antes de proseguir redactando pincho en internet a ver qué encuentro. Esta vez con el libro íntegro en el siguiente link http://www.diocesisdecanarias.es/pdf/confesionessanagustin.pdf

Si mal no recuerdo en el capítulo undécimo nos habla del tiempo. Cojo una edición manual mía de 1931 en lengua catalana y les confirmo que es el capítulo 11. Empieza en la página 74 de la edición antecedente castellana linkeada. Les reproduzco el punto 17 del capítulo XIV. Coincide esta versión castellana electrónica con la versión catalana impresa. Nos conviene mucho a todos reflexionar acerca del tiempo. Les dejo con San Agustín. Él fue quien nos legó el pensamiento de la antigüedad clásica. Durante varios siglos cristianos fue así.

<<17. No hubo, pues, tiempo alguno en que tú no hicieses nada, puesto que el mismo tiempo es obra tuya. Mas ningún tiempo te puede ser coeterno, porque tú eres permanente, y éste, si permaneciese, no sería tiempo ¿Qué es, pues, el tiempo? ¿Quién podrá explicar esto fácil y brevemente? ¿Quién podrá comprenderlo con el pensamiento, para hablar luego de él? Y, sin embargo, ¿qué cosa más familiar y conocida mentamos en nuestras conversaciones que el tiempo? Y cuando hablamos de él, sabemos sin duda qué es, como sabemos o entendemos lo que es cuando lo oímos pronunciar a otro. ¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro, ¿cómo pueden ser, si el pretérito ya no es él y el futuro todavía no es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre presente y no pasase a ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad. Si, pues, el presente, para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo decimos que existe éste, cuya causa o razón de ser está en dejar de ser, de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el tiempo sino en cuanto tiende a no ser?>>

Adjunto una biografía elocuente de este gran santo de la Iglesia de los primeros tiempos. Obviamente hubo un pasado (cada uno el suyo) y esperamos todos un futuro (cada uno el suyo) … si vivimos plenamente el presente. ¡Cada uno el suyo en su propia vida! Se acercan las vacaciones y hay pandemia. ¿Qué tal leer o volver a leer meditando este best seller de Las Confesiones?

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