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Despedido un profesor por dirigirse a una estudiante con el género no deseado

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Nos lo explica desde el Daily Signal Monika Burke; un caso cargado de implicaciones y que hace saltar todas las alarmas:

«A principios de este mes de diciembre una junta escolar de Virginia votó por unanimidad despedir a un maestro después de que se negara a cumplir con las órdenes de los administradores de usar los pronombres masculinos para dirigirse a una estudiante que había manifestado que éste era su deseo. La estudiante había hecho una “transición” durante el verano y comenzó a identificarse como hombre.

El profesor Peter Vlaming hizo todo lo posible para no ofender a la estudiante sin, al mismo tiempo, violar sus creencias. Usó el nuevo nombre de la estudiante para evitar contrariarla, pero se abstuvo de usar pronombres masculinos para dirigirse a la estudiante para no expresarse en contra de su creencia de que Dios creó a los seres humanos hombres y mujeres.

“No tengo problemas para evitar pronombres femeninos porque no estoy aquí para provocar a nadie», afirmó Vlaming a la prensa, «pero no puedo referirme a una mujer como hombre y a un hombre como mujer sin violentar mi conciencia«.

Sin embargo, esto no fue suficiente para satisfacer a la familia del estudiante ni al consejo escolar.

Este incidente no es un buen augurio para futuros conflictos sobre políticas transgénero en un contexto en el que cada vez surgen más de estos conflictos en escuelas, hospitales, albergues y empresas y en el que cada vez son más quienes temen perder su trabajo porque creen que los hombres y las mujeres son realidades biológicas que no son intercambiables.

Desafortunadamente, la coerción del gobierno como poderosa arma en las guerras culturales se está extendiendo en todas las profesiones.

Primero hubo casos en la industria de las bodas en los que el gobierno intentó forzar a las personas a violar sus creencias de que el matrimonio es entre un hombre y una mujer: floristas, panaderos, fotógrafos, lugares para bodas, etc.

Luego, esas demandas se extendieron a más industrias: videografía, diseño web, estudios de caligrafía.

Ahora, el gobierno está comenzando a penalizar a las personas que sostienen que hay dos sexos biológicos. Por ejemplo, un hospital católico fue demandado por negarse a extraer el útero sano de una mujer biológica que quería iniciar una transición de género. Mientras tanto, dos padres perdieron la custodia de su hija adolescente por negarse a permitir que su hija tomase testosterona y se identificase como un niño.

Esto podría ser solo el comienzo. La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció recientemente que la Ley de Igualdad será una de las principales prioridades demócratas en 2019. El proyecto de ley impondría políticas controvertidas referidas a las personas transgénero al elevar la «identidad de género» a la categoría de rasgo protegido en la ley federal contra la discriminación.

Esto tendría importantes implicaciones: se tendría que abrir indiscriminadamente el acceso a instalaciones que ahora son sólo para un sexo, como baños, vestuarios y residencias. Permitiría también que los hombres biológicos compitan en equipos deportivos femeninos. Obligaría a los proveedores de atención médica y a las compañías de seguros a proporcionar y pagar terapias radicales para personas transgénero.

En resumen, historias como la del profesor Vlaming se convertirían en la nueva normalidad.

Pero hablar y actuar de acuerdo con la conciencia de uno no debe ser un delito punible. Cuando las autoridades intentan forzar a las personas a actuar en contra de sus creencias, estamos ante un flagrante abuso de poder, que puede ser fácilmente contraproducente cuando el poder político cambia de manos. Es por eso que todos deberían preocuparse por estos desafíos emergentes a la libertad de conciencia.

Ahora que Vlaming ha perdido su trabajo, ¿quién puede ser el siguiente?

La respuesta honesta es que algún día, puede que seas tú.

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • ¿No decían los lgbt que eran víctimas? ¿No decían que sus prácticas y su modo de pensar no perjudicaban a nadie? Los países desarrollados no son tan desarrollados. Los partidos que se llaman demócratas no son democráticos.

    Responder
  • África Marteache Echevarria
    16 diciembre, 2018 22:55

    Las democracias que imponen pensamiento único no pueden ser sostenidas por el solo principio de poner urnas cada cuatro años y tener partidos políticos. La imposición del pensamiento único en materia tan grave es algo que no han hecho ni siquiera los totalitarismos del siglo pasado.

    Responder

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