El Papa Francisco ha afirmado ante los miembros de la Fundación A Chance in Life: “Es esencial educar a las nuevas generaciones en una ciudadanía activa y participativa, que ponga a la persona en el centro y, al mismo tiempo, el cuidado del medio ambiente”.
El obispo de Roma recordó que, A Chance in Life nació de una intuición de Monseñor John Patrick Carroll-Abbing, y a lo largo de los años se ha desarrollado hasta llegar hoy a sostener una serie de iniciativas educativas, que han beneficiado a miles de niños y niñas en Italia, Bolivia, Colombia, Guatemala y Perú. “Estas iniciativas –afirmó– buscan ofrecer a los niños y adolescentes en situación de especial vulnerabilidad la posibilidad de superar las dificultades y realizar plenamente el proyecto que Dios tiene para cada uno de ellos”.
Asimismo, el Papa Francisco al referirse a la primera iniciativa de esta Organización sobre educación, muy deseada por el fundador, que fue la Obra Nacional “Città dei Ragazzi” y que gracias al generoso apoyo, hoy puede presumir de una larga tradición de compromiso al servicio de los niños en condición de fragilidad y dificultad, según una metodología educativa basada en el autogobierno. “En nombre de la fidelidad creativa al carisma original – puntualizó el Papa – esta Obra quiere renovarse para ser más significativa y eficaz en su misión en un mundo que hoy propone nuevos desafíos educativos. Aprecio que esta actualización quiera inspirarse en las recomendaciones que he expresado en la Carta Encíclica Laudato si’, en el signo de una ecología integral cuyo objetivo es el desarrollo de la humanidad y de la creación”.
Educación para la ciudadanía activa y participativa
En este sentido, afirmó el Santo Padre, es esencial la educación de las nuevas generaciones en una ciudadanía activa y participativa, que ponga a la persona en el centro y, al mismo tiempo, el cuidado del medio ambiente. “Las innovaciones tecnológicas – precisó el Pontífice – también están llamadas a cooperar con estos fines, y son precisamente las nuevas generaciones, si están bien motivadas, las que podrán conseguirlo, porque han nacido y crecido en el actual contexto tecnológico”.
Antes de concluir su discurso y despedirse con su habitual petición de rezar por él, el Papa Francisco les agradeció por su “sensibilidad con los hermanos y hermanas más pequeños”, e invocando la bendición de Dios sobre cada uno de ellos y sus familias les dijo que, el Señor “recompensará su apasionado compromiso e iluminará su camino de fraternidad”, sobre todo para hacer frente a los nuevos desafíos en educación.