fbpx

El Coronavirus, la imprudencia temeraria y el criterio

COMPARTIR EN REDES

Acerca del Covid 19 o Coronavirus basta con atender las múltiples noticias televisivas. Es un asunto de salud serio y grave. En España, Cataluña incluida, y en el mundo entero. Según el lugar donde uno resida el control de las autoridades en las calles es distinto. Como también lo son determinadas reacciones por parte de algunos ciudadanos ante los controles policiales.

El día 19 de marzo (ayer) festividad de San José precisaba acercarme a la oficina de mi entidad bancaria, distante de mi domicilio 12 minutos a paso lento. También precisaba efectuar unas compras de comestibles. Respetando la distancia homologada de 1 metro, también en relación a mi esposa, hemos estado los dos ausentes de nuestro domicilio durante unas dos horas.

He verificado que hay muchas personas cuerdas (aunque haya visto pocas). Yo me he tapado la nariz y la boca con una bufanda, aunque el clima primaveral presente me ha permitido circular por las calles con ruta fija con la chaqueta abierta. He constatado que la distancia de seguridad la respetan mis conciudadanos y conciudadanas en todas partes.

He verificado también que no hay ningún niño en la calle. Los padres tienen sentido común. Según la población, barrio o zona en la que uno reside el sistema autocarcelario de calle, por decirlo de algún modo, es distinto. No hay que ser imprudente. Deben seguirse las normas sanitarias con cordura y determinación. Frente a la imprudencia temeraria está el criterio de acción. Por ejemplo yo voy a por el pan a las ocho de la mañana. Es más asequible practicar la distancia de seguridad de un metro o más. Sin mascarilla pues no hay en ninguna parte. La bufanda es una alternativa práctica que yo utilizo.

Tener criterio es aceptar los templos cerrados aunque sea domingo. Es ponerse ante el televisor o la radio con silencio y compostura para seguir la misa dominical. Es guardar silencio en el propio domicilio para rezar y meditar. Es unirse desde este silencio con aquellas familias con hijos menores hipotecadas en sus domicilios. Es unirse con las personas mayores que no se mueven de sus domicilios. Es tomar conciencia vecinal. Es ofrecer a Dios este sacrificio para redención de nuestros congéneres y uno mismo.

Más información sobre el coronavirus en ESPECIAL CORONAVIRUS

¿Te ha gustado el artículo?

Ayúdanos con 1€ para seguir haciendo noticias como esta

Donar 1€
NOTICIAS RELACIONADAS

1 Comentario. Dejar nuevo

  • Francesc Martinez Porcell
    23 marzo, 2020 11:19

    Es muy lamentable que en mi farmacia habitual bien plantada tenga un letrero, a partir de esta mañana de hoy lunes, que no tienen alcohol, algodón, guantes de látex y mascarillas. Para ir a comprar el pan, a primera hora cuando no hay gente, una bufanda sirve a modo de mascarilla sustituta. Hay personas que van con mascarilla y guantes de látex por la calle. Como las hay que pasan de posibles contagios. Hay «mucha» necesidad de pasear al perro. Supongo que en la gran ciudad debe ser distinto. Cuando digo «sirve» estoy diciendo que a mi me sirve a las ocho de la mañana aunque llueva. Es en estos casos, como el actual de pandemia a nivel mundial, sin faltar a la prudencia humana, es cuando debe confiarse el quehacer desde que uno se levanta, a la Divina Providencia, invocándola en uno mismo.

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.