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Para entender el declive de la Iglesia católica en España

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Antonio Martín Puerta (Madrid, 1952), autor del libro que hoy reseño, es economista, doctor en Historia y profesor emérito en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, donde ha sido Profesor Titular. Ha investigado fundamentalmente sobre las relaciones entre las instituciones políticas, educativas, culturales y religiosas en la España contemporánea.

El declive de la Iglesia en España (1808-1936) es un libro que resulta esencial para entender el proceso de descristianización en España; proceso que, como definió Monseñor Dupanloup (1802-1878), es «una acción política voluntariamente dirigida a hacer disminuir la influencia social del catolicismo con el permanente objetivo de generar otro tipo de sociedad». Y ese proceso es identificado temporalmente por la propia Iglesia católica como el iniciado por «La Gloriosa», que se refiere a la Revolución de 1868 en España, también conocida como la Revolución de Septiembre o la Septembrina, pero eso sí, «entrelazada con un previo proceso de anticlericalismo y de hostilidad política coherente con la tesis del obispo francés», como nos indica el autor de la obra reseñada.

Aunque si nos referimos a orígenes más lejanos hemos de retroceder a lo ocurrido tras 1789 en Francia, a la Guerra de la Convención (1793-1795) y que culmina con la primera guerra carlista en España (1833-1840), que estaría caracterizado por el choque entre revolución y contrarrevolución.  Pero podemos decir, más someramente, que  todo ello se trasladado a España en 1808, con la ocupación del país por el ejército napoleónico y la Guerra de la independencia (1808-1814). En esa fecha cae un modo de entender el mundo, la organización política en España, la relación entre Trono y Altar, modificándose por completo los pesos de los diferentes sectores implicados en las relaciones de poder en España e iniciándose el «siglo liberal», que es el siglo XIX, con sus flujos y reflujos, sus idas y venidas, pleno de conflictos de ideas, sociales y enfrentamientos armados, políticos y sociales en los que finalmente el ideario liberal resulto vencedor frente a una Iglesia católica incapaz de enfrentase con solidez al mismo, pese a su influencia histórica, social e incluso su penetración en la población española.

El proceso es largo y complejo, a veces sangriento, como se detalla, para el periodo indicado, 1808-1936; aunque el autor ya insinúa otra obra para el periodo posterior.

El periodo se inicia en 1808, tras la caída del Antiguo Régimen en España, cuando se desarrolla para la Iglesia católica, institución poderosa, íntimamente relacionada con el poder político, y central hasta esa fecha en la estructura del Imperio de la Monarquía Hispánica, un proceso de declive y marginalización.

En 1936, justo antes de comenzar la Guerra Civil, la misma Iglesia se encontrará en su punto más bajo en cuanto a influencia como sujeto social, cultural, educativo, religioso y político. El declive en el periodo es a veces acelerado, otras lento, a veces parece (sólo lo parece) detenerse e incluso revertirse, pero podemos afirmar que es contínuo y no se detiene en ningún momento.

El libro nos detalla el proceso político mediante el cual el liberalismo, en sus diferentes momentos y tendencias, pero sin retroceso en ningún momento, va imponiendo, mediante leyes, prohibiciones, expulsiones o desamortizaciones, su agenda, su sistema educativo.

Y cómo limita los recursos financieros, la organización y la presencia territorial y social de la Iglesia española. Tenían las ideas y su finalidad claras, pero frente a las mismas, la oposición católica fue irregular, desorganizada, sin referencias comunes, ajena a los deseos vaticanos e incapaz de conseguir apenas nada a pesar de su relevante penetración en la sociedad española.

Los católicos españoles estaban convencidos de su brillante pasado e incluso de tener un destacado presente. Pero no eran conscientes de su equivocada percepción.

Vivian tiempos de debilidad, pobreza, escasa formación, desviaciones morales, limitaciones culturales, mediocridad de sus sacerdotes y sus obispos. Su irrelevancia interna era percibida muy negativamente incluso desde fuera de España, desde la misma Roma, donde se era consciente de la debilidad. Y la realidad sin embargo, era el deficiente nivel cuantitativo y cualitativo del clero, la escasa influencia en la educación superior –no siempre debida a restricciones legales–, la insuficiencia económica o la deficitaria repercusión en los campos de la política y la cultura.

Así resultaba que la fortaleza de que presumía la Iglesia católica en España era un mito que ocultaba una irrelevancia.

Y ello, además, siendo una Iglesia ajena a los problemas sociales, a la Doctrina social que la Iglesia universal imponía,  lo cual la alejó de importantes sectores sociales alimentando con sus errores algo peor que el descreimiento: el odio a la propia Iglesia católica.

No podemos ignorar que las consecuencias de todo lo que se describe en el libro llegan hasta hoy y han de ser estudiadas para poder conocer el papel que juega la Iglesia católica en España y los enfrentamientos que se sigue teniendo desde distintos sectores sociales y políticos con la misma.

Por ello, hemos de entender que el periodo 1808-1936 fue una etapa de profundo cambio en España, donde la Iglesia Católica experimentó un declive significativo en su influencia y poder, debido a factores políticos, económicos y sociales y sobre todo, frente a la imposición y crecimiento del régimen liberal.

El libro aborda la pérdida de presencia pública de la Iglesia en España y las claves del proceso secularizador en la España contemporánea.

La Iglesia católica no pudo o no supo dialogar con la modernidad. Tras el derrumbe del Estado en 1808 se construyó otro sobre bases nuevas, ya sin contar con una Iglesia que seguía concibiendo ese Estado como unidad confesional y sin que fuera capaz de tener claro cuál iba a ser su papel. La Iglesia se encontró  frente a un proceso secularizador continuo y diacrónico, construido con los planteamientos propios de la izquierda política y social y que el autor describe como propio de la visión dialéctica de la Historia, con pasos hacia adelante que nunca tienen retroceso, ni siquiera por parte de los defensores del catolicismo cuando alcanzan responsabilidades de gobierno.

La Iglesia fue perdiendo progresiva influencia pública tanto en el ámbito político como en el de la influencia social.

Los católicos españoles y la Iglesia en España siempre han sido muy poco críticos con su actividad, sus errores y sus debilidades.

Se ha pretendido poseer una fortaleza basada en la historia pasada, pero que ya no se corresponde con la realidad desde hace dos siglos. Y lo que es peor, se ha ignorado a quienes estudian, describen y exponen las carencias y problemas, prefiriendo meter la cabeza debajo del ala.

Pero no entender el proceso histórico no asumir las propias carencias, lo único que hace es perpetuarlas e incluso profundizarlas.

Este libro nos ayuda a entender algo más de un siglo de la Iglesia católica en España, insertando su evolución en todo el desarrollo político y social producido.

Una lectura más que recomendable para los católicos españoles.

Datos del libro:

El declive de la Iglesia en España (1808-1936). Antonio Martín Puerta.

Ediciones Espuela de Plata, Biblioteca de Historia

Valencina de la Concepción (Sevilla, España), 2025

Blog del autor de la reseña

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