A pesar del recorte de una décima por parte del FMI, la economía española crecerá este año por encima de la media europea. La institución liderada por Christine Lagarde ha presentado en Washington sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO por sus siglas en inglés), donde se prevé que la economía española crezca este año un 2,1%, una décima menos de lo previsto hace tres meses. Dicho esto, mantiene sus expectativas sin cambios para 2020, cuando el PIB de nuestro país crecerá un 1,9%.
En su análisis, la institución internacional aboga por que España lleve a cabo una “reconstrucción gradual” de su colchón fiscal con el fin de garantizar la estabilidad y evitar reavivar la espiral negativa entre los riesgos soberanos y bancarios, añadiendo que los esfuerzos para reducir la dualidad del mercado laboral impulsarían la creación de empleo e incentivarían la inversión privada.
España se ve afectada por su propia incertidumbre política y por la fuerte desaceleración que vive la Eurozona, para la que el FMI recorta las previsiones del 1,6% al 1,3% este año. La rebaja es aún mayor si se compara con el 1,9% que el Fondo había calculado en octubre. Para 2020, las proyecciones de la zona euro se reducen del 1,7% al 1,5%.
Alemania, el principal mercado del área, es el gran lastre del crecimiento. El FMI ha recortado su PIB del 1,3% al 0,8% este año, y del 1,6% al 1,4% el año que viene. El Fondo cita como gran factor de incertidumbre para el mercado alemán «los retrasos asociados con la introducción de nuevos estándares de emisión de combustible para vehículos diésel», a lo que se añade la caída generalizada de la confianza de consumidores y empresas.
También Italia, en el que el FMI percibe un «debilitamiento de las inversiones», sufre un fuerte ajuste del 0,5%, que deja su economía estancada con una subida de apenas el 0,1% en 2019.
Tampoco se ha salvado de recortes el crecimiento global. Se avanzará el 3,3% este año, su expansión más baja desde la crisis financiera de 2009 tras un recorte de dos décimas. El impulso podría frenarse incluso más debido a las tensiones comerciales y a la posibilidad de un Brexit desordenado. En todo caso, para el año que viene se prevé un crecimiento del 3,6%, sin variación respecto a las previsiones anteriores.
La economía de EE.UU., de su parte, se ralentizará a un 2,3% este año, dos décimas menos de lo previsto en enero, a medida que se diluye el efecto del agresivo estímulo fiscal aprobado por el Gobierno de Donald Trump.
De su lado, China continuará su progresiva moderación con un crecimiento del 6,3% para este año y 6,1% para el próximo, causado por el “necesario ajuste” para controlar la deuda y los efectos de los aranceles impuestos por EE.UU.. La desaceleración de China, que había sido la locomotora global en lo que va de siglo, ha conllevado “impactos” en otras partes del mundo como Asia y Europa, agregó el reporte.