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Iglesias, mezquitas y natalidad

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Bajo el título de “Evolución de nuestras iglesias”, hace unos meses un periódico francés publicaba una viñeta con tres recuadros.

En el primero aparecía una iglesia cristiana, con cruces coronando sus campanarios y fachada. La leyenda que acompañaba el grabado rezaba “Ayer” y como pie del dibujo se leía “Culto católico“.

El segundo recuadro, con el título de “Hoy” y el subtítulo de “Culto ecuménico”, mostraba un templo mixto cristiano-musulmán, con cruces en un lado y medias lunas en otro.

El tercero bajo el título de “Mañana” y el subtítulo de “Culto musulmán” ya mostraba el edificio totalmente islamizado, solo con medias lunas. Las cruces y las líneas típicas de los campanarios de las iglesias cristianas habían desaparecido.

Suena a profecía en muchos países de Europa occidental, incluida España.

El nivel de inmigración musulmana es tan enorme que llena nuestras ciudades y pueblos, incluidas muchas zonas del interior con escaso desarrollo económico que parece que no deberían atraer a tanto inmigrante, puesto que los naturales de estos mismos pueblos, al menos los jóvenes, han marchado a trabajar y vivir a ciudades porque no encontraban allí medios de vida.

A ello se une que, al menos los de primera generación, aquellos inmigrantes tienen bastantes más hijos que las familias autóctonas, con lo que va aumentando su peso en la sociedad. Permítanme una anécdota de un territorio catalán con muy escaso crecimiento. En las cercanías de la ciudad de Tortosa hay un arrabal de nombre Raval de Crist (Arrabal de Cristo) pero más o menos en broma en los últimos años la gente de la zona lo denomina “Raval d’Al.là” (arrabal de Alá) por el gran número de musulmanes residentes.

Junto a su creciente número en muchas partes de España y de otros países de Europa, aquellos inmigrantes musulmanes cumplen mucho más los preceptos de su religión que la media de los cristianos, y, de otro lado, por ser su religión muy normativa y en buena parte practicada en grupo se hace aún más visible.

Con absoluto respeto a las personas inmigrantes, a su forma de ser, a su libertad religiosa, reconociendo el derecho de las personas a poder migrar para mejorar sus condiciones de vida y reconociendo la dignidad de todo ser humano, para quienes creemos que la verdad está en el cristianismo y consideramos que éste ha configurado Europa, nos duele el cambio.

Una sociedad se autodestruye cuando ha renunciado a la religión que fue su base.

No hay en ello la menor xenofobia, ni preocupación por el color de la piel de los recién llegados, ni una actitud de mirarlos por encima del hombro. Nos sacude internamente muchísimo más el vuelco religioso que se produce que las mutaciones político-sociales que puedan producirse. Su práctica religiosa impacta más a la vista de que una gran parte de los españoles y europeos fueron cristianos, pero de facto han dejado de serlo. Una sociedad se autodestruye cuando ha renunciado a la religión que fue su base.

En paralelo, es bien conocido que una parte de nuestros ciudadanos rechazan a los inmigrantes, y más los norteafricanos, pero no suele tomarse en serio nuestra propia responsabilidad en tal llegada masiva de foráneos. Ellos huyen de situaciones de miseria o de gran dificultad, porque tampoco desde los países desarrollados se hace lo suficiente para lograr que en los suyos se den las condiciones para una vida digna que impulse a sus nativos a quedarse. De otro lado, para cubrir muchos puestos de trabajo nos hace falta un cierto nivel de inmigración, que sería deseable que fuera legal.

Pero tras tal necesidad de inmigrantes hay un gran déficit de natalidad en Europa. Ningún político se atreve a plantearlo. La gente no tiene hijos porque en el fondo han dejado de ser cristianos aunque no hayan apostatado. Son paganos de una sociedad hedonista en que lo importante es el placer, el éxito, el vivir el momento con todo el confort posible. No hay espacio para los hijos. Y, por tanto, también tienen escaso uso muchos templos cristianos.

Aquellos inmigrantes musulmanes cumplen mucho más los preceptos de su religión que la media de los cristianos, y, de otro lado, por ser su religión muy normativa y en buena parte practicada en grupo se hace aún más visible Clic para tuitear

 

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • Creo que es una viñeta visionaria

    Responder
  • María del Pilar
    3 mayo, 2024 22:41

    Hace años, una monja dijo en la radio que nos estaban conquistando, una conquista silenciosa…pero ahora lo vamos viendo más claro.
    De todas formas, no siempre son las personas emigrantes las que quieren venir, al parecer hay un contrato firmado para que vengan muchos más. Un país no puede acoger a todo el mundo, se colapsará todo…
    Todo es política y no de la buena, sobre todo en el caso de España.

    Responder

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