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Como cristianos debemos hablar de los problemas de la inmigración: 10 razones críticas

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Como cristianos hemos de tratar de los problemas que depara la inmigración, reconociendo la realidad para servir a la verdad, buscando el bien común y la justicia para todos.

No seamos como sepulcros blanqueados al estilo de la ministra de Inclusión y Seguridad Social y Migraciones Elma Saiz, que en unas declaraciones a La Vanguardia (20 de mayo), sostenía la demagógica tesis de: “Condeno cualquier manifestación que vincule inmigración con efectos negativos”.

Pertenecen a este tipo de gente que nos gobierna, que convierten cualquier realidad en un prejuicio ideológico, en el sentido peyorativo del término, el de anteojeras que impiden percibir la realidad y con ello sacrifican la verdad a su prejuicio. Son los mismos que se otorgan la supremacía de definir su juicio como última palabra y, al mismo tiempo, nunca son culpables de nada, porque la responsabilidad es de los otros.

Porque la inmigración, claro que tiene efectos negativos y en las condiciones concretas de España cada vez son mayores. No abordarlos es negarles toda solución y alimentar una bomba social, y también económica, que estallará.

Lo primero que debe reconocerse es que sus efectos están en función de las condiciones del país de acogida y en las condiciones en las que llegan, en términos de cantidad, capital social y humano que son portadores e intensidad del flujo de llegadas.

Existe una dificultad objetiva en armonizar dos derechos a menudo contrapuestos: el derecho a emigrar y el derecho a regular la inmigración. Ese es el esfuerzo y, para lograr la doctrina social de la Iglesia, es el instrumento adecuado.

Estos son los 10 principales problemas que existen sobre inmigración en nuestro caso:

  1. Nunca se puede olvidar que la emigración genera ventajas-inconvenientes para sus países de origen. A corto y medio plazo, aligeran la presión demográfica y mejoran la renta per cápita. A medio y largo plazo descapitalizan el país de personas en edad de trabajar, la mayoría con empuje y capacidad de iniciativa.
  2. La inmigración masiva, como ahora acontece, ha dado lugar a un gran negocio de las mafias que se dedican a él, con claras ramificaciones hacia esa moderna forma de esclavitud que es la trata de mujeres y su prostitución, y la conexión con el tráfico de drogas.
  3. Las medidas que adoptan sobre ello países como España son muy deficientes e ineficaces, crueles (los CIE) e hipócritas, como los acuerdos con Marruecos y Mauritania: pagar a países tampón para que no vengan, en lugar de buenos planes de desarrollo y seguridad en los paises de origen.
  4. Nunca debe olvidarse la diferencia entre efectos a corto y a largo plazo. Los inmigrantes que ahora aportan un saldo neto positivo a la seguridad social pasaran a ser perceptores de la pensión de jubilación. El balance ha de contemplar todos los aspectos.
  5. Una persona asentada en el país ha de tener derecho al reagrupamiento familiar porque es una condición humanitaria esencial y ha de poder trabajar. Si estas dos condiciones no pueden mantenerse, lo que se hace es fabricar un lumpenproletariado. El factor reagrupamiento ha de estar presente en el cálculo demográfico
  6. No es lo mismo que lleguen a un país con una demografía donde los nacimientos escasean y envejece a pasos acelerados, como en el caso de España, que a otro con una natalidad pujante y un envejecimiento moderado, caso de Estados Unidos y, en menor medida, Francia.
  7. España presenta serios déficits escolares, sanitarios, de asistencia social y, sobre todo, de vivienda. La inmigración los empeora y agudiza dado su carácter masivo. Los presupuestos públicos y los recursos a las autonomías y municipios por parte del gobierno del estado ha de considerar estos aumentos y financiarlos
  8. Si no se puede atender a la inmigración, no digamos a la propia población, en un mínimo de condiciones relacionadas con los resultados en la escuela, la posibilidad de una vivienda digna, el acceso a una renta de inserción y unas listas de espera sanitarias moderadas, la inmigración debe ser seriamente restringida.
  9. Para el actual poder político y parte del económico, la inmigración posee un efecto dopante con efectos devastadores
    1. El factor cantidad de población hace crecer el PIB, pero como su productividad es muy baja, lo realmente importante, el aumento de la renta per cápita no se produce en términos reales o es muy pequeño, y nos aleja cada vez más de nuestro entorno con la UE. El PIB per cápita de la UE ha crecido un 11,5% entre 2019 y 2023, el de España solo 5,3%, menos de la mitad. Ahora, en renta per cápita ya hemos retrocedido al lugar 18 entre 26 estados miembros.
    2. La disponibilidad de mano de obra barata estimula el crecimiento excesivo de los sectores de baja productividad, como el turismo, y disuade de mejoras en la productividad y los salarios en los sectores afectados.
    3. Se produce una gran ocupación, pero no se reduce apenas el paro estructural formado sobre todo por españoles, porque el tipo de trabajo que se genera es de baja exigencia en capital humano y retribución escasa. Tampoco se reduce el paro entre los mas jóvenes, de manera que los más preparados emigran: importamos capital humano de poca cualificación y exportamos de alta, cuyo coste ha sido sufragado por la propia sociedad. El balance es pésimo
    4. La mitificación de la inmigración le sirve al gobierno anti-familia, antinatalista y proabortista para tunear el desastre demográfico de España, encubriendo una falsedad evidente en términos de capital social y humano. Un inmigrante está muy lejos de equivaler a un autóctono. La inmigración debemos asumirla como solidaridad y por necesidades económicas específicas y acotadas, pero no porque suplan a nuestros propios hijos.
  10. Hablar del “gran remplazo” está prohibido. De acuerdo, hablemos entonces del proceso de sustitución de la población autóctona por la inmigrante: mueren más personas que nacen y a pesar de ello, a causa de la inmigración, la población total aumenta en lugar de decrecer. Según el INE España en 2060 tendrá 44,8 millones de personas, menos que en la actualidad (48,5 millones). Los nacidos en el extranjero serán una tercera parte. Esto ya se acerca al remplazo, porque en los grupos de población en edad de trabajar superarán a la población autóctona. Globalmente, si no es el remplazo, es una vigorosa sustitución parcial, mayor todavía si añadimos el impacto de los hijos de la primera generación nacidos aquí de padre y madre extranjera. Pero, según corrige el Banco de España, para compensar la pérdida de población y mantener la actual tasa de dependencia en relación con las pensiones, que  expresa,  en  forma de porcentaje, la proporción existente entre la población dependiente y la población económicamente activa, sería necesario que la población nacida en el extranjero alcanzara el 57% de la población de España y fuera el doble de la población activa autóctona. Y si esto no es remplazo, a ver cómo lo bautizan.

Postdata: la ministra de Inclusión y Seguridad Social y Migraciones Elma Saiz es una irresponsable o carece de mínima preparación para el cargo, o ambas cosas.

🌍✨ ¡Como cristianos, debemos abordar los desafíos de la inmigración con verdad, justicia y buscando el bien común! 🙏💡 No seamos sepulcros blanqueados, como la Ministra Elma Saiz, quien niega los efectos negativos de la inmigración. 🚫❌ Clic para tuitear

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