Deliberoo, Glovo, Take Eat Easy… son las empresas de economía colaborativa que ponen en jaque el sistema laboral y de derechos tal y como lo conocemos. Han desarrollado una relación con el trabajador en el límite, como casi todo lo que sucede en internet. El trabajador es autónomo para lo malo, pero la empresa lo tiene en nómina para lo bueno. Se dilapidan los derechos del trabajador.
Es por eso que se han visto manifestaciones y quejas de estos colectivos por las condiciones en las que trabajan. Ahora, un fallo del Tribunal de Casación francés que llegará al Tribunal de Apelaciones ha decidido que estos trabajadores no se consideren nunca más como autónomos sino como empleados. El fallo, podría sentar jurisprudencia en un sector basado en una economía en completo desarrollo, construcción y definición.
El Tribunal de Casación, respondía así a la demanda de un repartidor de la extinta compañía Take Eat Easy que exigía que le hiciesen un contrato, estimó que existía «un vínculo de subordinación» con la empresa debido a que esta le daba órdenes y controlaba su desempeño a través de un geolocalizador, sancionando las faltas que cometía.
Una situación precaria que pone en jaque el sistema laboral actual
El fallo denuncia la situación de estos repartidores que van en bicicleta ya que considera las condiciones de trabajo muy precarias por los bajos salarios y la no existencia de una relación contractual estable.
Un artículo de El Periódico titulado ‘La economía colaborativa no colabora‘ explicaba que la situación actual «pone en riesgo la sociedad del bienestar tal y como la conocemos». Y explica que se trata de un sistema que nace de la Primera Revolución Industrial. «A principios del siglo XIX -prosigue-, el abandono de la estructura agraria y la incorporación del mundo rural a las fábricas cambió la relación de poderes y otorgó a los empleadores poder y estatus, era la nueva burguesía, que ofrecía sueldos que solo ellos determinaban. Nacieron entonces los sindicatos y las reivindicaciones obreras que consiguieron la jornada laboral de ocho horas, el descanso dominical y la prohibición de emplear niños. A finales del siglo XIX y principios del XX, una segunda oleada de protestas propició el sistema de bienestar. Se consiguieron logros como el seguro de enfermedad (embrión de la Seguridad Social); la pensión de jubilación, que empezó en la Alemania de Bismarck; y la introducción del seguro del paro». Todos estos avances, están ahora en discusión.
2 Comentarios. Dejar nuevo
El Periódico está muy equivocado. No fueron los sindicatos los que consiguieron «el descanso dominical y la prohibición de emplear niños» sino que fue una iniciativa de la Doctrina Social de la Iglesia impulsada por los políticos democristianos con el liderazgo del cardenal Guisasola, en los primeros años del s. XX.
El Periódico está muy equivocado. No fueron los sindicatos los que consiguieron «el descanso dominical y la prohibición de emplear niños» sino que fue una iniciativa de la Doctrina Social de la Iglesia impulsada por los políticos democristianos con el liderazgo del cardenal Guisasola en los primeros años del s. XX.